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lunes, 2 de mayo de 2011

los balseros. (final).

…Eso lo resumía todo y como hubo de decir un alto funcionario televisivo días después, “estamos limpiando como en el ochenta”; las que se sucedían con gran expectación, intervenciones televisivas donde hasta se leían textualmente los cables recién llegados, era penoso que todo esto hubiera cobrado vidas humanas,? también este precio había que pagar?, aunque solo las victimas mencionadas fueran una parte, se sobreentendía las que pudieron haber sido de “los lumpen”, de eso no se decía nada. Pero las noticias corrían de boca en boca con una facilidad increíble, por los centros de trabajo te obligaban a ir a las guardias revolucionarias, so pena de señalarse como disidente y quedar definitivamente en la calle. No obstante todo ese aparataje seudo político se seguían sucediendo pequeñas revueltas que eran prontamente sofocadas a punta de tubazos y  misteriosas desapariciones a las estaciones de policía donde después no volvían a aparecer, algunos lugares fueron declarados oficialmente como focos de sublevaciones.
Se necesitaba fervientemente este éxodo masivo, al saberse que definitivamente no sucedería un Mariel, que nadie vendría en lanchas a buscar los que estábamos de este lado, los cubanos seguían marchándose en endebles embarcaciones que a veces no lograban salir de la orilla cuando el embravecido mar Caribe enroscaba esas tristes balsas en sus olas y dejaba a la gente paleando en la orilla, la cosa era irse ya lo mismo daba la base Guantánamo, Siberia o Senegal, cualquier lugar era mejor que quedarse aquí, siempre pensaban de allí se podría quizás salir, de esta isla jamás.
Ver a los balseros llegar a las costas para intentar salir de aquí se había convertido en un espectáculo dantesco, a algunos les causaba risa, a otros extrañeza y a los mas lagrimas de angustia, era muy penoso, ver todos esos jóvenes a veces con una barba insipiente, cargando las enormes cámaras de camión que habían cobrado ya tal importancia que se vendían a exorbitantes precios, era horrible ver como esos muchachos con sus jóvenes esposas y pequeños hijos luchaban por entrar al mar con las balsas que entonces ya se veían pequeñísimas, pero mucho mas dentro del mar, ver las lagrimas en todas esas caras, y las madres y abuelas echando los últimos rezos y pidiéndole a todas las vírgenes ayuda, luchando tal vez por esbozar una sonrisa ante los improvisados exportadores.
Se sabia iban quizás hacia la vida soñada, quizás hacia la muerte, era inevitable pensar en eso, era como un fantasma que volaba sobre nuestras cabezas,? realmente valía la pena arriesgar la vida?, ¿era tanta la insatisfacción y la precariedad?, esas preguntas solo podían responderla los que iban montados en esas balsas; creo que sobre todo el valor determinaba eso;?acaso algunos nos escudábamos tras la falta de implementos para no hacerlo?.
No era fácil ver como todos partían por cuanta entrada de mar había, se repetía lo mismo que en el Mariel lo que con mas riesgos y menos esperanzas, la tristeza marcaba los días a cada momento nos enterábamos de los muertos que aparecían, de la lucha con los tiburones en ese estrecho de la florida, de los que regresaban movidos por algún desperfecto o por la realidad de ir hacia una muerte segura, pero a pesar de todo existía la esperanza, sobre todo de triunfar, tenían definitivamente el derecho al fracaso, sin correr el riesgo de ir a parar a la cárcel por intentar salir del país, creo que después de la caída del comunismo en los “países rusos”, este es el único país  que cuida las fronteras para que las personas no salgan del país en vez de cuidarlos para que no entren.
La realidad era aplastante, ya llegaban mas de mil diarios, la verdad no se podía esconder por mas tiempo, el pueblo no podía soportar mas, que se quedaran estos “revolucionarios”, (y esta palabra en este país esta tan mal usada que es casi irreconocible, , revolución significa cambio renovación y en este país todo es totalmente retrogrado  e inmovible, no existe nada que sea revolucionario en este país donde todo es estático), con todo, nuestras casas, nuestros trabajos, nuestros esfuerzos, hasta nuestro sudor entregado a una causa en la que habíamos creído y en la que siempre nos habían jurado que seria para nuestros hijos, cuales los de quien, porque la generación de cuando triunfo la revolución, ya tenia nietos, esos mismos que ahora se lanzaban al mar y de mejoría en el futuro ni esperanzas si cada vez todo apuntaba a peor, solo mejoraban los hijos y los nietos de los asegurados gobernantes, una causa que siempre se había revelado como falsa, como demasiado firme para ser cierta y cada vez parecerse mas a un capricho senil que a una política de gobierno, que se quedaran con todo menos con nuestros sueños, esos nos los llevamos para comenzar allá ende los mares, queríamos como siempre había dicho la revolución y nunca lo había cumplido; “un futuro para nuestros hijos”.
Las balsas endebles llegaban vacías y rotas a la orilla en un lamentable amasijo de sogas y tablas, algunos llorábamos otros cooperaban con los que partían a empujar las balsas mar afuera, pero todos ayudaban de una manera u otra, para dar aliento. Se había recuperado la fraternidad del cubano, dejábamos salir nuestros verdaderos sentimientos y nos apoyábamos mutuamente. Íbamos perdiendo la rigidez de carácter que se nos había impuesto, hasta nos tomábamos la libertad de unas sonrisa, que ironía.
Es imposible describir para el que no allá vivido estos momentos la profusión de sentimientos y anhelos que se quedaban o también se iban con cada uno de esos balseros; en ellos estaba también un poco de cada uno de nosotros que no teníamos el valor para tirarnos al mar significaba diez o catorce años hasta el nuevo éxodo, pero no teníamos mas opción que esperar. La revolución seria eterna, aunque todos quisiéramos lo contrario, era inevitable que esos viejos seguirían gobernando hasta convertirse en polvo, lo único que no nos podían quitar eran los sueños, aprendimos en estos días que a pesar de todo aun somos cubanos, que la filosofía popular no se equivoca que parafraseando una de esas frases celebres que le hacen decir a nuestros viejito mayor, “cuando un pueblo enérgico y viril llora la injusticia tiembla”, esta vez le venia como una saeta directo a su  propia cabeza.
La realidad de todo esto aun no se vislumbraba, se hablaba de conversaciones, ¿de que conversarían? si los gringos querían hablar de inmigración y no aceptaban otro tema y los cubanos hablarían solamente de bloqueo (su eterna excusa para todos nuestros males) y no aceptarían otro tema; ¿entonces de que iban a hablar?, no había que preocuparse se decía que los cubanos habían ido a tomar coca- cola y comprar en Bourdinnes.
La realidad no seria acaso diferente, quizás el gobierno cubano había metido la cabeza dentro de la boca del león y ahora el león se preguntaba si cerrarla y tragársela, habría que recordar que como dijo un señor en una cola, la base esta aquí mismo dentro de la isla y si los americanos dejaban a los que estaban en la base, declaraban un gobierno constitucional en el exilio dentro de la misma isla, a ellos quizás no les era nada mantener a todas esas personas ahí por los escasos cinco años que faltaban hasta la renombrada devolución de la base y si al retirarse se los dejaban allí, con gobierno, edificios y quien sabe si hasta con una insipiente industria, en fin en este país el calor nos vuelve locos a todos y solo soñamos que las carpas se convertirían en edificios y los inmigrantes en una nación, en fin eran inmigrantes en su propio territorio, vivían en un limbo migratorio, como casi siempre vivimos los cubanos en un puñetero limbo.
En fin tenían ante la triste realidad de tener que gastar innumerables recursos en mantener a decenas de miles de refugiados que derecha no sabían ni que hacer con ellos, a pesar de todo el juego continuaba, nosotros solo somos las fichas.
Tras las herméticas conversaciones, donde acaso muy pocas veces se dejaban entrever algún posible acuerdo, se determino dar a la luz publica lo que decían eran los primeros resultados abortados de tan esperado encuentro, lo que se vislumbra como posible perspectiva de un entendimiento entre ambos gobiernos. Las disposiciones habían sido demasiado radicales e imprecisas, primeramente confinar nuevamente a todos los cubanos a vivir  tras el gran muro de agua que nos rodea. Se negaba el derecho a la opción; jamás estuve de acuerdo con los muertos que poníamos en esta triste situación, pero si, que se les reconociera a las personas sus derechos como seres humanos, su derecho a elegir su suerte y quizás hasta su muerte. La opción de asimilar veinte mil inmigrantes anuales podría tacharse de irrisoria.
Es sabido que los americanos jamás aceptarían tal cantidad de inmigrantes y en el supuesto caso que lo hicieran la cifra seria ínfima, téngase en cuenta que en apenas un mes de libre éxodo y en situaciones precarias y sin contar los que murieron en el intento, llegaron a la base naval de Guantánamo mas que esa mencionada cifra, si no fueron mucho mas teniendo en cuanta los que confinaron a otros lugares y los que alguna “misteriosa” forma fueron  sacados de la base y ahora disfrutan junto a sus familiares en la florida.
Se nos negaba nuevamente el derecho a la supervivencia, a los sueños, por esta parte se trasmitían por los dos únicos canales que existen, las rígidas disposiciones para evitar que continuara el éxodo; se tomaron drásticas medidas las que fueron llevadas a rajatabla como todo aquí, jamás se volvería ver una balsa en el agua o meterían preso hasta el que vendió la soga, serian ciertas las disposiciones yanquis de no aceptar a los balseros que siguieran llegando esta vez evadiendo a los guardacostas cubanos?, los regresarían a las cárceles de la isla.
Ahora solo nos quedaba esperar, los que nos quedamos en la isla tienen la palabra y en todo caso esperar el tiempo reglamentario hasta el próximo éxodo.
¿Se solucionarían los problemas migratorios?, jamás y en todo caso los que no tienen familiares allí, que seria de ellos?.
Finalmente la ayuda familiar, que “entiéndase el lucrativo envió de dólares a los cubanos”, seria nuevamente admitido?, supongo que si, porque a pesar de todo lo que digan en el mundo, los cubanos de allá querían que los cubanos de acá comieran.
Esto no acaba aquí ni mucho menos, continuamos encadenados a esta isla anclada en este sopor sofocante que nos asfixia, con este peso permanente de unas barbas descoloridas y desgastadas por el tiempo, continuamos mirando una ruta que se mantiene cada vez mas desdibujada y difícil de recorrer, la libertad sigue siendo un enigma y la posibilidad de alcanzarla tan difícil, como difícil y recia son estas olas que nos circundan.
 

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