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sábado, 27 de noviembre de 2010

aqui me tienes rumiando mis recuerdos.

Capitulo 5.
El ser homosexual en este país a sido sobre todo un acto de extrema valentía, siempre fui bejado por mi condición aun sin tener conciencia de ello, le querido borrar mi niñez y mi adolescencia ferozmente de mi conciencia, jamás tuve una infancia feliz, jamás recuerdo juegos entretenidos con otros niños, solo recuerdo juegos donde yo era precisamente el objeto del entretenimiento al ser golpeado siempre y a toda hora por los demás, por aquella época no tengo recuerdos de mi, solo el rechazo total a la escuela, aquello me dejaba un sabor amargo en la boca que aun hoy recuerdo, al salir de la escuela el entretenimiento era de darme patadas por el culo al bajar las escaleras de la escuela las que se me hacían interminables, no lograba entender porque en una fiesta de la escuela tras demostrar imagino mis afeminadas dotes de bailarín, fui fuertemente golpeado en mi casa también, sin nadie explicarme por que?., siempre recuerdo como único aliciente los tristes ojos de mi abuela que jamás me pego y comprendía en su silencio mi terrible existencia que se me venia encima, siempre trataba de protegerme al máximo de las constantes agresiones , las torturas que las uñas debe estar bien cortadas, tanto que me sacaban sangre de los dedos, el pelo bien cortado tanto que quizás no sabia de que color lo tenia en realidad, ( a lo mejor mi madre trataba afanosamente de evitarme golpizas en la calle y por eso se enfrascaba en que luciera lo mas “machito” posible, siempre pensé que algún día seria grande y quizás nunca mas me cortaría las uñas. Mi vida siempre se a convertido en una perenne espera en el futuro, siempre pensaba que cuando creciera se acabarían las golpizas, podría hacer lo que se me antojara, que equivocado estaba , ahora no recibo golpizas físicas, pero si morales cuando me gritan ¡LOCA!, en la calle, cuando las personas cuchichean por lo bajo y se reprimen una sonrisa, ahora sigo pensando que el tiempo igualmente pasara y todo será mejor, cuanto mas debo esperar, ahora que la vida casi se me escapa y me doy cuenta que sigo soñando con lo mismo , el tiempo.
Mis constantes celos por mi madre me hicieron sufrir mucho, creía ver hombres con mascaras que se aproximaban a ella para hacerle daño, quizás confiado en sus terribles desengaños y su constante vida de amante que me trasmitía de una manera tacita a mi,
Pase la mayor parte de la primaria enfermándome de todo, al menos había conseguido el gran mecanismo de la mentira para enfermar y no ir a la escuela, donde sabia lo que me esperaba ante el disfrute de los alumnos y la complicidad de los maestros, quizás la rabia la acrecentaba mis buenas notas pese a todo, en las épocas de exámenes ya no contentos con copiar me esperaban las golpizas si no salían bien en los exámenes, deje de estudiar, esperando tal vez que suspendieran mis golpizas, pero fue mucho peor al no poder copiarse de mi y a eso se les sumaba las golpizas de mi madre y de mi abuelo por los bajos rendimientos académicos, como iba a justificar frente a sus amigas la única cosa buena hacia su “maricon” hijo, el tiempo seguía pasando , mientras yo esperaba que el tiempo pasara, me buscaban constantemente para representar obras de teatro, que aun bajo las golpizas disipaban tanto mi mente que enfrentaba las agresiones ya casi con disfrute que era la única manera de sentirme bien y demostrarle a mi madre que servía para algo, pero bajo el cartelito de “maricon”, jamás estudiaria teatro, esa era una carrera de maricones, (en fin soy maricon y no estudie teatro), me escondía para leer libros de adultos, como decía mami,, quien se empeñaba en darme dinero para que fuera a la librería (unos de mis entretenimientos favoritos) para que comprara libros de cuentos, dentro de los cuales dejaba escapar alguna novela interesante, casi siempre con el pretexto que se la regalaba a ella, las visitas al psicólogo eran bastantes frecuentes, el que me indicaba ir a tristes gimnasios donde se entrenaba yudo; que podía hacer yo dentro de aquel lugar?, como darle un golpe a otro niño?, yo si podía recibirlos, en mi corta vida solo había echo eso, y sabia como hacerlo, bastaba con bajar la cabeza y esperar que la furia, el cansancio o el aburrimiento llegara a los otros, la experiencia me había dado que todo lo que comenzaba terminaba, y que por muy terrible que fuera si era paciente en algún momento terminaría, por lo que solo me restaba esperar.
Llego la secundaria y con ella la Escuela al Campo, que no era mas que 45 días que te mandaban al campo a vivir en unas barracas infrahumanas, te daban una comida de vomitarse, te separaban de tu familia y te hacían trabajar de sol a sol, con el slogan del mejor joven revolucionario; pero en realidad lo único que hacían era hacerte pagar por los malos estudios que te daban, allí sucedieron las coronaciones de todas las humillaciones, allí recibí golpes, me robaron toda la ropa, me llenaron de orine las botas, me enseñaron un miembro erecto invitándome a probarlo, cosa que aun no lograba entender; ¿Cómo era posible que los demás supieran y yo no?, en la noche de ese mismo día, fui violado entre cuatro jóvenes revolucionarios, empezando por ese mismo que me había mostrado su miembro, parece que al ver mi espanto y salir corriendo, se le incrementaron las ganas, así que en la noche cuando fui al baño que era la hora que usaba para bañarme porque no había nadie, llegaron me agarraron de los brazos y me pusieron contra una meseta de concreto donde estaban los lavamanos, me taparon la boca, pero al sentir el dolor tan fuerte de la penetración sin consentimiento y sin pación me desmaye totalmente, no se que paso, no se si asustaron o siguieron hasta que los cuatros terminaron, desperté embarrado de un liquido viscoso y sangre, entre llantos y sollozos me metí bajo la ducha y ahí estuve buen rato, salí cojeando de la ducha y me acosté envuelto en la mínima toalla que me habían dejado, en el banco donde la gente se cambiaba de ropa, casi al amanecer llego uno de los profesores uno negro muy alto, que quizás adivinaba lo que pasaba o quizás había sido cómplice eso nunca lo sabré , no me pregunto nada solo me dijo que me vistiera y me fuera para el albergue, caminaba con mucho dolor en todas partes, todo me dolía y no entendía que pasaba, me pase toda la mañana acostado y nadie vino a preguntarme, los alumnos estaban para el campo, después del medio día me vinieron a buscar y me llevaron junto a otros jóvenes al medico, cuando me toco entrar a ver el medico , este me pregunto que te pasa, y yo le conteste, NADA, (había comenzado mi negación de adulto), de la noche a la mañana y tras un punzonazo en el culo había dejado la niñez y había caído de golpe en la adultez; el trato de hacerme hablar pero no lo logro, me dijo que me iba a remitir al psicólogo, ?a cual seria si ya los conocía a todos?, me llevaron de nuevo a la barraca me hicieron recoger mis cosas y cambiarme a la barraca de los profesores, (imagino ellos sabían lo que había pasado pero eran tan comunistas como para no aceptarlo o menos aun hablarlo y castigar a los culpables, los que cuando me veían me señalaban con el puño cerrado, como en señal de que me golpearían si hablaba); Salí de la escuela al campo con un bello insipiente en el pubis, una flecha clavada en culo y un juramento que jamás volvería a la escuela al campo y ya no me importaría mas lo que nadie dijera; así que fui programando mis operaciones para las etapas de la escuela al campo, en el año siguiente fue una hernia inguinal y el otro año una operación en la muñeca, mis temblores ante el sexo de un hombre me llevaron a dos intentos de suicidio, los que me probaron que estaba destinado a vivir, las golpizas ya eran muy esporádicas pues al ya no tener nada que perder (ni tan siquiera la virginidad ), y saber que todos sabían que era maricon aunque yo aun no me había dado por enterado, cuando alguno venia a darme golpes, le daba besos le gritaba, ¡papi porque si yo no ando con nadie solo contigo!, los demás se reían y ya ese quedaba marcado de maricon, cuando nos llevaban a la dirección ya no había nada que explicar, eso superaba a la propia directora de la escuela que no podía aceptar una relación homosexual en su plantel, me asumí como homosexual aun sin serlo, pues una violación no marca tu definición sexual , a mi me la habían impuesto, no es que no supiera que era mi sentimiento pero a esa edad aun no podía distinguir lo que quería, pero lo que si estaba seguro era de lo que no quería, el tener sexo para mi se había convertido en una repugnancia total al sexo, el que ahora me ofrecían no solo los estudiantes de la escuela sino también los profesores, aun no había experimentado el disfrute en el sexo, aun no sabia lo que era hacer el amor, solo era como una caer en algo profundo y sin fondo, donde caía y no sabia de mi hasta haber terminado algo que aun no conocía de a derecha ni realmente que era.
Entre al PRE, donde sabia mi vida cambiaria, de súbito se acabaron las golpizas, había otros homosexuales como yo y para ellos no era un problema; allí me citaron al chequeo medico para el servicio militar, había averiguado y me dijeron que si decía que era homosexual me darían de baja en el momento, así que me puse unas sandalias, unos jeans bien apretado y una camisa que pedí prestada, porque no tenia ninguna con tantas flores, dos de mis futuros amigos del pre me acompañaron, en cuanto llegue a la escuela que hacia las veces e reclusorio de los jóvenes me hicieron una entrevista entre lo que me preguntaron, ¿a tenido relaciones sexuales?, dije si, ¿tiene mujer?, dije no, el militar con bata de medico se bajo los espejuelos y me dijo entonces eres maricon?, le conteste , prefiero homosexual, de la manera mas amanerada que pude ,escribió algo en el papel me lo dio y dijo valla directamente al final y pregunte por el sicólogo, le dije ¿y no me quito la ropa¿ ( al haber tantos chicos lindos allí desnudos yo también quería participar),pregunte por el sicólogo al final de la fila de médicos que iban haciendo exámenes no sin antes ir mirando detenidamente a todos los chicos desnudos que veía por el pasillo, por primera vez eran ellos los que se intimidaban frente a mi, mi homosexualidad abierta los hacia refrenarse, vi al sicólogo y me dio una planilla me dijo llénala ya había sido advertido por uno de mis amigos gays de la escuela que tenia que poner “homosexual pasivo”, que no si no ponía eso me podrían llevar, así que eso puse y en la parte que decía con quienes habla tenido relaciones sexuales , ahí me di gusto la lista era extensa, empecé con el presidente del CDR, el de Vigilancia y puse a cuanto comunista y maltratador recordaba, (esa fue una de mis pequeñas venganzas), me pusieron en el carnet de identidad no acto H, y salí de allí con mucha alegría y la seguridad que la H seria para siempre.
Conocí un compañero de escuela que me abrió las puertas del mundo gay, el que solo me ruborizaba al pensarlo), mi familia se cambio de casa y deje atrás los vecinos que me incriminaban, volví al psicólogo, esta vez el medico y yo estábamos totalmente convencidos, las miradas que nos propinábamos eran demasiado evidente, quizás por complacerse mas a el que a mi madre me sugirió darme terapia, esa tarde ya no aguante mas y se lo conté todo a mi mama y le jure que si no me aceptaba como era, me iría de la casa, y con una afirmación que era su hijo y nunca me rechazaría, termino de abrir las puertas de mi jaula de par en par, que ya se encontraban medio inclinadas, ahí comenzó el lento sufrir de la persecución, había cambiado de perseguidor.
Tener pareja nunca fue mi fuerte, no era tampoco dado a la promiscuidad, en realidad no me interesaba mucho el sexo, disfrutaba mas ver a los demás divertirse y ver lo que llamaban “pajarear”, ir a Coopelia era lo que mas entretenía y las correderas delante de la policía, la primera vez que me llevaron al día siguiente me tuvieron que soltar porque aun era menor de edad, y eso que en cuba se es mayor de edad a los 16 años, nada otra manera comunista de joder a la gente, llegaban los carnavales y con ellos todo un alo de imaginería y expectativas ponían alas a mi cabeza, solo me hablaban de lo maravilloso de las reuniones y de tanto divertimento que,! Yo solo quería ir al carnaval! Y llego y escapándome de mi madre la que me había prohibido terminantemente ir, (quizás ella sospechaba los motivos), me fui junto a mi amigo de la escuela Luis y su cuñada al Carnaval, no hicimos mas que pararnos en la fuente y un chico especialmente gay me llamo, hacia tiempo me venia viendo y quería tener algo conmigo y yo con toda la ternura posible trataba de hacerle entender que no podía ser, nunca pude terminar la explicación, comenzaron a aparecer militares con cascos y camiones, los que nos ponían de espaldas a los camiones y con sus fuertes botas nos daban golpes en los pies para que los abriéramos y podernos registrar mas fácilmente ( que podían encontrar entre tanto pájaro si acaso cosméticos seria ), sin preguntar nada nos subieron al camión, aun no lograba entender nada; Luis comenzó a llorar mientras me miraba desde abajo y al un policía verlo dijo:- Llévenselo a el también que esta llorando por el marido-; lo montaron junto a mi en el camión , nos abrazamos y comenzamos a llorar, aquel policía jamás podría entender que éramos solamente amigos, Daysi salió corriendo para avisar en la casa, le dije que fuera a la mía también, llegamos a una escuela (la habían habilitado como prisión); esta pegada a la esquina de línea con paseo, allí fuimos agrupados y nos insultaron tanto que la humillación era poca comparada con aquello (por el solo echo de tener una decisión sexual diferente, que no encajaba claro con la del joven comunista) al llevar puestas unas guarachas que eran los únicos zapatos que se vendían en la catedral y no las botas rusas como las usaban los militares, era todo un símbolo para ellos de homosexualismo, allí mismo comenzaron los juicios, a unos les echaban seis meses de prisión , a otros no los logramos ver mas, a un chico que no parecía según ellos gay lo habían dejado libre mientras retenía las lagrimas con furia porque su compromiso lo habían ido a juzgar, finalmente nos llamaron y con el calificativo de “Ostentación de la Homosexualidad”, nos pusieron 100 pesos de multa  a cada uno, dentro de todo aquello habíamos salido bien, salimos como atontados, aun no lográbamos saber que pasaba, había sido todo muy vertiginoso, la mama de Luis nos esperaba afuera, junto con la cuñada, quizás ella también había influenciado en algo con el apoyo de su dirigente esposo, en nuestra leve sanción, pregunte por mi mama y la cara de Lola se turbo un poco, me dijo que no había podido venir sin mas comentario, quería haber sabido mas pero con los besos y los abrazos lo olvide, llegue a mi casa muy entrada la madrugada, clamando por mi madre la que estaba durmiendo con su marido, salió del cuarto a besarme y abrasarme con los ojos aun hinchados de dormir, le pregunte porque no había ido y me contesto que su marido no la había dejado, (eso nunca se lo perdone), aunque en aquel momento no lo pensé, deseaba demasiado estar junto a ella.
Ya las estancias en mi casa eran muy breves, solo iba prácticamente a dormir, mi mama me esperaba con paciente terror en el balcón temiendo quizás una nueva tempestiva policial, me colmaba de requiebros y juraba estar preocupada, ya no había nada que hacer, la calle me llamaba con un nefasto embrujo que me dejaba seducir cada vez mas, esta vez la prisión llego nuevamente, pero en la playa, desconocía que allí también se hacían recogidas, estaba con unas amigas, estábamos en el Pino Caído, un lugar ubicado entre Boca Ciega y Santa Maria , frente  un lugar llamado “Mi cayito”, de bastante difícil acceso en guagua nuestro único medio de trasporte, pero muy frecuentado por los gays, aunque no existía ningún mapa gay, todos los gays sabían donde se reunían, salía del agua cuando vi a un policía llegar, evidentemente avía sido llamado no se como sin tener como comunicarse en ese momento ni haber ningún teléfono cerca, contaban una pareja de heterosexuales homofóbicos que una pareja gay se besaba en el agua, yo como buen samaritano se los dije a varios que habían allí, parejas de gays y parejas de lesbianas que al yo decirlos se cambiaban entre si para aparentar heteros y al venir a recoger cargaron conmigo también, según ellos por “chismosa”, aquello duro solamente en llegar a la estación de policía de Guanabo, donde nos habían llevado, en el acta constaba que yo había participado en una especia de “orgia acuática”, jamás me pude explicar, nunca me preguntaron nada;  en la estación habían locas de todos los tipos; desde las que se sacaban las cejas , hasta otros que no lo parecían, allí estuve todo el fin de semana , todo lleno arena , sin poderme bañar y sin ropa porque no me habían dejado llevarme nada, atormentado con un dolor de cabeza que me propinaba uno de los gays que estaba empecinado en cantar todo el repertorio de la violetera a voz en cuello, los guardias llegaban le daban dos trompones lloraba un poco y enseguida comenzaba nuevamente a cantar,( quizás esa era su manera de protestar ) no me baje del camastro que me habían dejado todo el fin de semana hasta el lunes que fuimos presentados a la jueza en un juzgado improvisado en la Habana del Este ( como todo aquí que siempre es improvisado), la jueza dijo que estos enfermos que estaban aquí acusados eran la lacra del socialismo que éramos personas enfermas y desviadas que hacíamos desviar el sentido político de nuestro sistema “perfecto”, y tras otros 100 pesos de multa salí de allí, mas bien tenia que ir haciendo un fondo para pagos de multas en los improvisados juzgados de este país.
Al poco tiempo llego una citación a mi casa de la estación de policía, fui, y al ser entrevistado por el jefe de sector, me hiso hacer firmar un documento en el que juraba que jamás seria homosexual y que comenzaría a trabajar lo antes posible o iría a la cárcel por peligrosidad, comencé a trabajar en una empresa de comercio, en una tienda, a los muchos meses de estar allí, se produjo un robo, fuimos llevados a la cárcel mi compañero de trabajo y yo antes que nos llevaran recuerdo el amor de una compañera de trabajo que con lagrimas en los ojos me decía tranquilo que nada te pasara, eso es una equivocación , iba montado en la parte de atrás de una motocicleta y las lagrimas me salían ya no se si de dolor o del aire que se metía en mis ojos a la velocidad que íbamos, ya sabia que de allí nunca saldría porque según uno de los oficiales, los homosexuales éramos muy influyentes y hacíamos cualquier cosa, porque todo nos entraba por el culo.
Mi amor el único que he amado hasta hoy y que mas tarde me dejo sumido en una gran confusión, no se atrevió no ya al irme a ver( lo que quizás lo hubiera marcado a el también), si no a mandarme alguna notica dentro una ropa que le había dado a mi mama para que me llevara, ¿me pasaría lo mismo otra vez¿, fui llevado a mi casa y registrada toda mi casa ante la presencia de todos, se llevaron todos mis zapatos y mis tenis(según ellos yo tenia colecciones), para cotejar las huellas a mi compañero de trabajo le habían echo otro tanto, no nos dejaban hablar y nos tenían en celdas separadas, un amigo que había tenido al que no le importaba mi condición sexual, que me trataba de tu a tu sin discriminaciones, decidí no comer en todo el tiempo que estuviera allí, o salía libre o salía muerto pero allí no podía quedarme, a los cuatro días ya sentía los mareos que me provocaban el estar en total inanición, solo probaba agua, al ver que el proceso según ellos empeoraba trate de ahorcarme con las patas del pantalón, lo amarre a la parte de arriba de los balostres de las reja de la puerta y la otra pata del pantalón me la enrosque en el cuello, solo me deje deslizar y caí medio suspendido de lado , el cuerpo se me adormeció y empecé a soñar, después desperté con un jarro de agua que me echaron a la cara , me habían descolgado y me habían tirado al piso y tras gritarme “!si lo haces otra vez te esposo!”, tiraron la puerta de hierro, días después lo intente nuevamente intentando rasgarme la muñeca con el borde algo filoso de la chapa de metal que tapaba la puerta de hierro, esta vez fui yo quien se dio por vencido y desistí, no terminaría nunca,(para suicidarse en una prisión debe ser rápido y certero porque si das tiempo a que los guardias o otros reos se den cuenta lo tienes todo perdido), así que el ayuno auguraba ser lento pero seguro; después de varios días, nos llevaron a mi compañero y a mi a un militar que nos hiso firmar nuestras supuestas declaraciones, había un espacio en blanco y yo lo raye, (para que no pudieran ellos escribir nada ahí), quizás ese fue mi único acto de rebeldía, y el militar me dijo ahora por eso se quedaran hasta el día siguiente. Al día siguiente nos soltaron, estaba apestoso y todo me daba vueltas, la luz del sol me molestaba y me dio un profundo dolor de cabeza, en fin nos habían liberado por falta de pruebas, nunca robamos nada, nunca cogimos nada que no fuera nuestro, solo íbamos a trabajar, no hubo disculpas, no hubo devolución de la ropa y los zapatos quitados en fin solo queríamos salir de allí y no mirar atrás.
Al poco rato de haber llegado a mi casa y haberme bañado llego mi novio que con un breve toque en mi cabeza (aun no se decidía a besarme frente a otros), hiso desbordar un rio de lagrimas que tenia clavado entre pecho y espalda, ni una lagrima salió de mis ojos en los días que estuve preso, todas se habían aferrado hasta este momento en que no se detenían ante nada.
Terminaba una historia que no por repetirse en el futuro, había dejado de marcar mi conciencia, la que había quedado en un temblor desde aquello, aun hoy tiemblo ante la posibilidad de la “ley”, la inflexible ley creada por estos hombres, que no daba cabida a personas según ellos diferentes, y donde tu condición puede hacer mas daño que tu acción, dónde a pesar de todo sigo esperando con paciencia en el tiempo.

domingo, 21 de noviembre de 2010

tras tu partida

Me dejaste enfermo de lo pulmones y entre dudas y análisis iba mejorando para mi tristeza, soñé con un cáncer en los pulmones, quizás con morir de sida. Logre tras mis intentos y una personalidad falsa ser atendido en el amejeiras.
Para un cubano atenderse en ese hospital significa la seguridad de su diagnostico, el amejeiras constituye la meca de la salud cubana, un  centro hospitalario enclavado en un enorme edificio equipado según se divulga con la mas avanzada tecnología medica, entrar a ese lugar y mas aun llegar a los ascensores para subir a los pisos superiores donde están las áreas especializadas, constituye todo un alarde de inteligencia y de camuflaje algo que los cubanos hemos perfeccionado maravillosamente, el acto de mentir, los cubanos nos hemos especializado en inventar justificaciones de todo tipo, hasta cuando no nos la piden y son tan ingeniosas que dejarían con la boca abierta a no pocos novelistas.
Logre con mi caracterización de extranjero subir al octavo piso, sala de terapia intermedia adonde los familiares de los enfermos a veces no pueden subir, pero los extranjeros si.
Fui directamente a ver un medico que según había averiguado previamente era de los mejores. Me hicieron pasar a un pequeño saloncito muy acogedor y me pidieron con la mayor cortesía esa que solo le dan  uno cuando le dan el titulo de señor que esperara, que el doctor me atendería, el lugar era limpio par el estado en que se encuentran en estos momentos las instalaciones medicas cubanas, por supuesto, una mirada aguzada lograba ver las fisuras de la limpieza, los cristales estaban limpios hasta la altura de una persona mediana, de ahí, hacia arriba se veía claramente que hacia mucho tiempo que nadie pasaba una bayeta, las persianas de la salida del aire acondicionado que otrora funcionaba también dejaba ver el olvido a que había sido relegado.
Hasta este momento nadie me había preguntado que hacia yo allí, mi presencia y mi vestimenta eran suficientes como para no ser molestado. Tras una espera relativamente larga llego el medico, era un hombre alto, de maneras refinadas con un perfume que invadía todo el aposento unas zapatillas NIKE que evidentemente tenían que haber sido obsequiadas por alguien que las hubiera traído especialmente para el, pues de sobra sabia que no eran del tipo que se comercializaban en las tiendas para turistas de este país.
Se acerco con la mano extendida y tras un fuerte apretón de manos:
Usted dirá señor en que puedo ayudarlo? como conozco mis propias limitaciones, deje a un lado el acento extranjero que me había llevado hasta allí y solo conserve las maneras refinadas y le conteste:-

jueves, 18 de noviembre de 2010

asi comenzo todo

LA PARTIDA.
Hoy es jueves, podría ser como cualquier otro, aunque decidí tras la insistencia de todos y mis propias sospechas ir definitivamente a tu casa, mañana se cumpliría una semana de tu desaparición, del ultimo día que fuiste visto con tu habitual alegría, en la mañana se habló mucho de ti, estábamos todos en la cola de la guagüita y Lily auguro tu partida, contamos todos y yo me negaba a confirmar las sospechas.
Después de una jornada de todo el día llegamos en la guagüita como siempre, se hizo el comentario una vez mas y se me dio la encomienda de ir a conocer tu suerte, lo demore todo lo que pude, había echo dos llamadas telefónicas a tu casa en días anteriores de eso no quise decir nada y tras la nebulosa que se teje tras la suposición de la partida de alguien, la primera vez hablé con tu vecina que me dijo NO ESTA que casi pude leer entre líneas y tras su frivolidad la certidumbre que nunca mas estarías, volví a llamar nuevamente y la contestación e tu pareja que no estabas sin mayores explicaciones, hasta que decidí finalmente ir, grite desde la esquina del edificio tu nombre GUSTAVOOOOOO, ( solo ahora reconozco la ridiculez de este grito), al no salir tu por el patio fui por la parte delantera del edificio y tu vecina tras el concebido dedo entre los labios me mando a callar y haciendo señas que esperara, bajo las escaleras, los cinco pisos mas lentos de mi vida, interiormente lo sabia, podía jurarlo, ponerlo todo en juego pero siempre existía la duda, la duda de no querer aceptar la realidad de no quererlo creer.
_Alex; Gustavo ya esta en cayo hueso.
Sus palabras me dejaron clavado en el piso, la sangre se borro de mi cara, sentí que los escalones se desmontaban, en fin no pude sonreír.
Entre susurros y gestos que todos conocemos sin necesidad que se hallan explicado antes, me conto de tu partida y me conmino a callar. Regrese a casa por el mismo camino que había ido pero con el peso de tu ausencia en mis espaldas, mi cuerpo todo temblaba.
No se porque siempre que alguien se va hay que callarse, todos los detalles deben ser guardados en el mas absoluto silencio, se crea una expectativa casi morbosa en el como y el con quien. Llegue y lo dije en mi casa, a mis amigos, la alegría me apretaba la garganta, quiero decir alegría porque siempre me sentí alegre de tu felicidad, pero estoy consiente que fue dolor, un dolor corrosivo que te come por dentro, un peso en el estomago, unas lagrimas que no permito que se dejen desarrollar; comentamos en murmullos tu partida, todos se alegraron mucho , pero yo sabia que jamás te vería, que tu partida significaba tu muerte como todo el que se va muere instantáneamente, tu partida también marcaba mi cobardía por saberte fuera del país.
Es muy extraño lo que sucede cuando alguien se va, realmente es como alguien que muere, se comenta sobre ti en pasado, “tus cuentos ya son, seria”, tus swet heart, cuando yo habría la puerta aun los escucho.
Las relaciones con las personas las marcan principalmente su conducta y la tuya era de absoluta seguridad, cuanto animo no me distes, cuanto no te enfrascaste en levantar mi espíritu tan atribulado por estos días. También hubo momentos en que te vi flaquear, quizás ahora allá también puedas flaquear, pero siempre será tu opción y la satisfacción de elegir hasta tus malos momento.
Tras tu “deserción”, la vida continua tan monótona y aburrida como siempre, es extraño pero nada cambia, seguimos haciendo las mimas cosas y en el mismo orden, es como si nada hubiera pasado; siempre he pensado en eso si me pasara a mi, que si yo desapareciera por alguna razón, todo para los demás cambiaria, pero no es así, eres noticia en el momento, al día siguiente, al otro también, pero a la semana ya ni de eso se habla, se cae en un olvido general, aunque creo que debemos tratar que no nos gane la pereza de la distancia.