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domingo, 20 de mayo de 2012

Ay que asco la vejes.







Ay que asco la vejes.
Ay hablar de este tema, es de las peores cosas que se pueden hacer, pero cuando ya estoy por entrar a los cincuenta, no sé qué cojones entenderán con lo que escribo pero al final de cuenta es mi opinión de mi y descontando que me importa un carajo lo que piensen, bueno en realidad casi nunca me ha importado…
Por estos días estoy con un obsuelo que parece que tengo un ladrillo en el ojo, y que conste que es el tercero que me sale, yo que tenía unos ojos preciosos, que además me cambiaban de color que iban desde el verde hasta el carmelita depende de cómo estaba el día, unas pestañas que eran una preciosidad largas, hermosas, un poquito de saliva en las puntas, (en cuba no había rímel), y podía abanicar la sala de mi casa, en fin unos ojos de envidia ahora ando con este chalazo singao, las pestaña han perdido el tamaño el vigor y sobre todo el largo; en fin, unos ojos que parecen más que mustios y apagados desesperadamente ahuevados, el pelo hermoso bello y ensortijado que tenía, era la envidia de todos, lo llevaba por los hombros caía como una cascada ensortijada, desenfadada y brillante, el que mantenía siempre bien acondicionado y desenredado gracias al laczagar y al mulsogar y cualquier cosa que vendieran en la farmacia que tuviera agar agar, aunque fuera compota de niño, (en cuba no había acondicionador) realmente hermoso aunque con una permanentemente peste a laxante estomacal, pero que belleza de pelo, que ahora se ha convertido en unas pelusas indescifrables y descoloridas con los lados blancos y que yo sigo tiñendo por lo poco que me queda de presumido.
Y qué decir de ese cuerpo espectacular que tenia y que realmente paraba el tráfico, en los pies me han salido unos cayos que parecen cascos de caballos; no hay pedicura, ni lija, ni cepillo de alambre que los haga rebajar, las uñas duras como palos y largas como garfios, las nalgas se fueron a la mierda, aquellas nalgas preciosas bien formadas que coronaban aquellas piernas espectaculares y bien formadas que tenia, se encogieron se metieron para adentro, en fin ya ni con dos pañuelos en los bolsillos mejora, la barriga a ocupado un papel preponderante, siempre llega primero que yo, en fin ya no hay nada que hacer con ella, el rabo, ah ese hace años que no lo veo, nunca ha sido muy prominente pero ahora está en escapada permanente, de las tetas ni hablo aquel pecho precioso que tenia cubierto de unos bellos hermosos y casi ensortijados pasaron a ser unas tetas casi talla 60 de ajustador y que apuntan permanentemente al piso y las que ya casi llegan al ombligo, ese ombligo hermoso, gracioso y sexy que tenía en medio de mi adorable pancita, la que en aquella época era hermosamente plana y poblada de ese bello hermoso que mencione antes y que desataba no pocas pasiones y que gracia a la moda de los ochenta llevaba mostrando con total orgullo al llevar siempre la camisa abierta hasta el mismísimo pipisigallo, lo que dio pie a no pocos accidentes automovilísticos y choques de algunos contra los postes de la luz,  pues ha pasado a ser un hoyo negro e infinito donde se pierde todo y estoy al ponerle un letrero de “olvídese de los objetos perdidos”, unos pelos en el pecho que se han puesto casi todos blancos y alicaídos y que yo me empeño en teñir por el simple orgullo que aun me queda y que estoy a punto de perder, los brazos hermosos han pasado a tener unas lonjas incontrolables y que se muestran cada vez más en fin ya tendría que cortarle las mangas a los suéteres porque los brazos ya no me entran y qué decir de este hermoso cuello que tenia, que se ha convertido en esta papada segura, baja, desafinada y totalmente descontrolada, que aunque me empeñe en tirarme las fotos de arriba para abajo no hay manera que no se destaque parecen cuatro llantas unidas, el labio caído, en la nariz me salen unos pelos blancos asquerosos, que tengo que sacarme con pinzas de cejas y el colmo hasta en las orejas salen pelos, coño pero esto es la hijoeputa vejes.
 Porque a los 20 años no tenía nada de esto, y tengo fotos para demostrarlo y lo de el; bueno ese tema da para largo pero no me gusta hablar de el porque se pone bravo, sigue con ese manacas tan arraigado¡¡¡, se le olvida lo que me dice, me cambia los números, me deja encerrado dentro del carro, hace coheticos lo mismo con un pedazo de tape, que con la esquina de un palo, que con el recibo de pago del súper o los mas gustados con los cartones de bingo, esos indispensables coheticos que proliferan por la casa a niveles alarmantes y que no diré para que le sirven, sin contar que le ha dado por morder los casquillos de los marcadores y que yo defino junto a todo lo demás como “manías de viejo”, además se le quedan pegados los granos de arroz en la barbilla, los espejuelos cargan lo mismo algún frijol colorado o algún pedazo de pollo, según lo que hubiera en el menú del día, no por gusto andamos por esta temporada con un virus en los ojos, suerte que atreves de los años he logrado descifrar lo que me dice aunque no me lo dice, pero esto ya quedara de tarea.