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martes, 1 de marzo de 2011

los españolitos (final)

...“los destacados trabajadores”; también nos traían apuntado en un papel… lo que queríamos que le compráramos y nos traían los dólares de lo que costaba lo que yo con mucho gusto hacia sus encargos, (ya que los cubanos no podemos comprar en las tiendas en dollares). Quizás por eso no nos fue nada difícil obtener las notas de nuestros gastos, que llego al punto que tuvimos que deshacernos de algunas, al ser tantos los gastos que mas bien parecían que habían consumido allí todo un batallón de legionarios, (aunque estuvo bastante cerca).
Al cabo de unos días decidí llegarme a mi casa para desembarcar, todo lo que me habían dado, mas las cosas que yo había comprado y los dólares que llevaba. Llegamos cargados con una cantidad de jabas y paquetes que mi madre casi se desmaya al ver tanta comida junta, habíamos ido al supermercado de 70 y le habían comprado, de todo lo que no se podía imaginar para comer por un buen tiempo, el refrigerador fue el más asustado de todos. Que gran poder el de los dólares, mi mama los amo desde ese primer instante,(como no había de hacerlo); mami se negó a que nos fuéramos sin antes hacernos probar su exquisita sazón , ahora “con todos los hierros”, como decía ella; ellos estaban encantados con mi mama pues les pareció,  simpática y desinhibida, ellos lo que no sabían era que con todo lo que habían llevado a ella lo mismo le daba que fueran “maricones mejicanos” que “travestis del medio oriente”, mi mama me llamo aparte y me dijo que habían llamado mis amigos españoles que se iban al día siguiente y querían verme antes de irse.
Se lo comente a mis novísimos amigos y me dijeron que los llevara de regreso a la villa.
Allí los deje y enfile en “mi havanautos”, hacías las playas del este. Llegue a casa de Rodrigo, estacione  el auto directamente en su garaje y entre a su casa, con un desenfado tal que a mi mismo me dejaba sorprendido. Fui recibido muy alegremente por todos, se habían preguntado a que se debía mi prolongada ausencia, les explique que había estado muy complicado sin dar detalles, de donde estaba ni que hacia, Rodrigo me recibió tan bien como siempre; me ofreció un trago y nos sentamos todos juntos a conversar. Solo habían unos cuantos evidentemente todo allí continuaba como siempre. Algunos estaban en las terrazas entre ellos Yuly y Javier con el que las cosas no habian quedado definitivamente claras: tras charlar un rato, llegaron los que faltaban, Yuly al verme llego corriendo y se tiro en mis brazos.
-ay macho lindo, como te e extrañado-
Puta, yo también, estaba trabajando o que te crees, le dije señalando para el carro.
-papi estas apretando-
Nos separamos y salude a los demás, Pedro el novio de Yuly me dio un beso en cada mejilla, lo que me sorprendió, pero lo entendí; el ultimo en saludarme fue Javier, solo me dio la mano y murmuro algo que no le llegue a entender, y se fue a la cocina.
Me senté en una butaca cerca de la grabadora donde Gloria Estefan me cantaba las inigualables piezas de “mi tierra”, se me acerco Yuly con el chisme a flor de labios; - niño desde que te perdiste Javier esta echo una fiera y nada mas que hace decir que cuando te van a llamar y que cuando tu vas venir, hasta Rodrigo se encabrono y le dijo que si estaba tan enamorado de ti porque no iba a buscarte, que tu te habías ido por su culpa- todo esto lo dijo casi sin tomar aliento y mirando hacia los lados a ver si venia alguien.
Bruja coge aire le dije yo.
-niño tengo que aprovechar que no hay nadie porque tu sabes bien como sin aquí las cosas.
Si tienes razón.  (Le di enrollados los 20 dólares que me había dado el día del chico que se los había pedido y me los echo para atrás diciéndome – no jodas y cuando tu me ayudas a mi-)Poco a poco fueron llegando mis antiguas amiguitas y al poco rato estaban casi todas chachareando alrededor mío, todas mas o menos me contaban lo que habían echo y lo que habían conseguido.
Pedro llego y me dijo.
-Alex mira que eres mariquita acabas de llegar y ya estas rodeado de chicas, y le conteste si en eso tenemos mas suerte que ustedes y nos reímos.
Me llamo Rodrigo que estaba en la cocina, al llegar estaba junto a el Javier
-que tu piensas hacer con este hombre que hace una semana que no folla esperando por ti?
Sus palabras me dejaron sin aliento, sentí como el rostro se me ponía rojo arder y simulando el mayor desenfado le conteste, y que tengo yo que ver con eso si yo no le tengo la pinga amarrada ni nada que se le parezca.
-Tú no te hagas que te conozco bien y no eres bobo-
Yo me sonreí y mire a Javier que seguía con la cabeza baja como si sintiera pena de lo que acababa de decir, tome un baso y lo medie de ron y le puse refresco y me miraron extrañado porque sabían que yo solo bebía un hilo de ron con mucho refresco, evidentemente estaba buscando fuerzas; Salí de allí sin que Javier hubiera levantado la cabeza.
Me senté fuera, deseaba irme a toda prisa pero hubiera sido una descortesía mía, para mi sorpresa Javier me pregunto- que estas haciendo?
Tomándome un trago como puedes ver, -no me refiero a eso joder, tu sabes bien a que me refiero que haces con ese auto?- me dijo el
Luchando y buscándome lo que tú no me vas a dar, porque en este puñetero país si no tienes un dólar no eres nadie, le espete en la cara.
Mis argumentos habían sido definitivamente concluyentes.
Empezaba a anochecer y yo tenia que volver, volver, volver, (como dice la canción) a mis amiguitos que a estas alturas no podía imaginar cuantas “pastillitas”, se habían puesto fuera de mi mirada protectora.
Entre dejando a Javier sentado en el portal, sabia que era descortés pero no me daba la gana de ser cortes, en ese momento y menos con el.
Todos se extrañaron que yo quisiera irme, pero Rodrigo se mantuvo firme en que no me iría sin antes no haber comido una suculenta paella que estaba haciendo.
Asentí teniendo en cuenta que Rodrigo me tenía aparentemente en mucha estima, cosa que me había manifestado en otros momentos. Me serví otro trago, ya este con mucho menos alcohol, recordaba que debía de mantener la mente clara, Rodrigo me llevo a su habitación, donde estaba María nos encanto vernos nuevamente , habíamos hecho muy buenas migas , Rodrigo me dio una bolsa con algunas cosas y entre ellas dos pullovers, decía que el único en cuba que usaba XL, era yo, pues todos los cubanos parecían maracas, muy flacos y si los movías sonaban porque estaban llenos de pastillas. Conversamos María y yo un rato, finalmente baje las escaleras junto a ella, me llegue al auto a guardar las cosas y estaba Javier, me dio un poco de lastima su forma y me acerque a el, le pregunte que le pasaba y me dijo que nada, que iba a ir a bañarse para la cena, me mire de arriba abajo y me di cuenta que estaba con la misma ropa desde la mañana, me dijo que lo acompañara que tenia unas cosas que darme, lo seguí sospechando algo.
En su cuarto ya prácticamente no quedaba nada de aquel almacén de productos que había, había pasado una especie de tornado por allí, me dio una bolsa con algo parecido a lo que me había dado Rodrigo, una pequeña grabadora, dos cartones de cigarros y como 10 relojes y algo de dinero; me dijo que como yo no había querido aceptar lo que me había dado en otro momento tomara esto y que no me sintiera ofendido, que el sabia lo que significaba ese dinero aquí , así que me dio un rollo de billetes y los eche en el bolsillo sin abrirlos, todas las latas de comida y cuanto pomo quedaba por aquí, lo puse todo en un maletín, el se fue a bañar y yo quede tomándome una cerveza y viendo la televisión; salió del baño totalmente desnudo y yo lo mire como si nada, me tendió una toalla y me señalo el baño, así que fui directamente a ducharme, allí se me apareció, ( lo que no esperaba), lo pude distinguir tras la cortina de la ducha, nunca en mi vida había tenido una experiencia semejante con un “heterosexual”, era demasiado complicado para mi gusto y el especialmente aunque era un hombre agradable no me era especialmente atractivo y su actitud de “no gay” lo hacia menos atractivo para mi, pero en fin era algo que tenia que suceder y sucedió, por fin algo que todos esperaban menos yo, para mi no era mas que quizás tener un novio extranjero lo que si se mantenía podría significar una estabilidad económica para mi y una posibilidad de salir del país.
Me puse una ropa de el y fuimos para la casa de Rodrigo a la esperada cena, cenamos opíparamente, me sentí muy bien por primera vez en esa casa, había una ausencia total de jineteras lo que me dejaba un poco mas tranquilo, tras hacer una breve sobremesa me despedí de todos y me monte “en mi auto”, el salió a despedirme y tras darme un beso en la cara, nos despedimos y enfile mi rumbo hacia la Villa Panamericana; mi historia continuaba.
Llegue al departamento, pero no había nadie, al haberlos dejado a su libre albedrio, solo dios sabia lo que podían haber hecho, deje una nota por debajo de la puerta y fui a buscarlos por todas las instalaciones del lugar, fui al piano bar, pero aunque había algunos chicos allí ellos no estaban, me llegue al Restaurante que tiene La Villa, adonde ya sabia que nadie iba, pero bueno siempre podía esperar cualquier cosa. Finalmente me fui a la piscina donde les había dicho en la nota que los esperaría, ellos me habían dado 100 dólares para que les pusiera gasolina al carro, de los que había gastado veinte en cuarenta litros que había puesto al carro (por supuesto en bolsa negra, es muy sencillo, en todas las gasolineras del país al módico precio de cincuenta centavos de dólar te venden todos los litros de gasolina que desees, que en las gasolineras para turistas costaban hasta el triple), ellos me habían dejado el cambio para si podía necesitar algo, y que cuando se me acabara les pidiera mas, pues yo no debía estar dependiendo de ellos a cada momento. Entre al área de la piscina y había alguna gente entre turistas y cubanos, por la luz difusa no podía ver bien, habían varias personas bailando aunque nunca como en la tasca del mil ocho y de la marina, tampoco era el desparrame de mujeres que habían en la disco del comodoro, de donde tuvimos que salir días atrás prácticamente corriendo a riesgo de ser violados por ellas. El ambiente parecía agradable, me acerque a la barra que quedaba al fondo para pedir una cerveza, hasta ver si veía a mis amigos o conseguir una silla donde sentarme, estaba de espaldas solicitando mi pedido cuando se me acerco Nacho:
-óigale mi hijita, como se a demorado usted- me dijo recriminándome.
Ay niña por dios cuanto los e buscado, le e dado la vuelta a toda la villa y ustedes sin parecer, y como la llave la tenían ustedes no podía entrar- no le haga manita que habíamos terminado con los chicos y nos fuimos a cenar y de ahí vinimos para acá no queríamos aventurarnos solos por esos lugares tan lujuriosos de la habana, donde nos pueden violar.
Descaradas y lujuriosas que son , parecen no tener fin carajo, y nos echamos reír.
-la verdad es que cuando lleguemos a México nos la vamos a pasar de luto, me contesto
Mas le valdría ponerse los culos en reposo , y nos reímos, por uno de esos abortos de la naturaleza estaban solos, para mi suerte, hoy no tenia ganas de chaperonear.
Ángel me saludo y me senté junto a ellos , en unos sillones comodísimos que habían en los lados de la piscina, comenzaron a hacerme los cuentos de lo que habían echo, aunque también ya eran bastantes reiterativos, si no se iban pronto dentro de muy poco tendríamos todo un ejercito de “niños” con camisas estampadas, yo les conté muy poco lo que había hecho en la playa, supuse que a ellos no les interesaría saber mucho de unos extranjeros iguales que ellos y como mis historias eran menos morbosas les interesarían menos aun.
Ya se me empezaban a “desordenar”; como dijera Carilda Oliver Labra
Me desordeno, amor, me desordeno...
Me desordeno, amor, me desordeno
cuando voy en tu boca, demorada;
y casi sin por qué, casi por nada,
te toco con la punta de mi seno.

Te toco con la punta de mi seno
y con mi soledad desamparada;
y acaso sin estar enamorada;
me desordeno, amor, me desordeno.

Y mi suerte de fruta respetada
arde en tu mano lúbrica y turbada
como una mal promesa de veneno;

y aunque quiero besarte arrodillada,
cuando voy en tu boca, demorada,
me desordeno, amor, me desordeno.

Con unos chicos que pasaban a cada momento por delante de nosotros y nos miraban con marcada insistencia, era una maravilla ya ni teníamos que movernos de allí para poder conseguir los futuros pretendientes.
Tuve una idea genial, como casi todas mis ideas, siempre soy así de modesto conmigo mismo, porque no nos íbamos el día siguiente para Varadero, les conté que allí iban chicos de todas las provincias los mejores “cueros” de toda la isla a jinetear allí, yo sabia que no era necesario dorarles mucho la píldora, eran demasiado “flojas de cascos”, lo que a mi me divertía, me dije gran conocedor de Varadero, lo que no es tanto, pero si lo suficiente ya que tenia amigos allá que me podían indicar.
Quedaron encantados con la idea y decidimos ir a hacer las maletas para poder irnos en la mañana a Varadero, les quedaban solo cuatro días en cuba, así que se los destinábamos a Varadero. No obstante todo aquel embullo momentáneo, no se les había olvidado los “pepillos” que seguían de paseo por delante de nosotros, me mantuve enérgico en que nada de relajitos hoy pues había que amanecer frescas como lechugas para el viaje a varadero, que era lejísimo les dije yo.
Pero de nada me sirvió la energía y la seriedad que yo pedía tener, los hicieron sentarse a la mesa aunque les hice prometer que no habría nada de excesos, ni fotos ni nada, ya estaba cansado de dormir con el corazón en la boca, asintieron con tanta gracia que me hicieron reír, por primera me di cuenta que ya quería sinceramente a mis amigas, comenzaba a sentir hasta ternura por ellos, me habían contado que eran unos desgraciados en razones sentimentales, que no tenían suerte y no encontraban lo que buscaban, quizás se desquitaban aquí aunque a un precio emocional y monetario quizás mas emocional que monetario, tenían que comprar el amor y quizás vivirían del recuerdo, por lo que quizás comencé a perdonar, justificar y empequeñecer sus acciones.
Los chicos conversaban de todos de las necesidades y penurias que teníamos que pasar, nos hicieron la consabida pregunta de cuando habíamos llegado, ya las tenia adoctrinadas que tenían que responder que el día anterior,(eso les dejaba pensar que al ser recién llegados no teníamos experiencia ninguna en Cuba y a ellos les seria fácil hacerse amantes fijos nuestros), lo que a su vez a nosotros nos permitía evitar posibles robos y estafas pues ya sabíamos el terreno que pisábamos, aunque a pesar de eso ya nos habían robado dos veces.
Esta vez eran tres chicos los que nos acompañaban ellos los pobres hacían lo imposible por agradarme y conversar, a lo que yo todo contestaba con monosílabos, no estaba para nadie ese día.
Me resultaron tan cargantes que me levante y me fui a vagar solo por los alrededores de la piscina y deje mi mente hacer su voluntad, me seguía viniendo las imágenes de lo sucedido en casa de Rodrigo, no le veía el sentido lógico a todo aquello, lo había hecho mas para complacer a los demás que a mi mismo y eso me molestaba, sabia también que aquello me dejaba una puerta abierta al futuro y mi deseo explicito de salir del país, pero me disgustaba todo aquello, siempre me había propuesto hacer solamente lo que yo deseara y ahora no había ocurrido así, bueno en realidad ya estaba hecho y no había nada que hacer, aunque quizás mañana…
Sentí una cosquilla en mi frente lo que me hiso voltear la cabeza en un gesto de sobrecogimiento podía hacer sido algún bicho; era uno de los chicos que con una hojita me hacia cosquillas en mi frente.
Que chistoso le dije marcando lo mas posible mi acento.
-        Es que estabas en las nubes, no me vistes llegar- me dijo sonriéndome directamente en la cara lo que me hizo bajar en algo mis defensas.
-        Te preocupa algo?, a ustedes se supone no les debería de atormentar nada-
No te creas a veces las cosas no son como parecen, conteste aun manteniendo mi seriedad que me remontaba nuevamente a mis pensamientos y mi condición.
-        Se que todo no es fácil, pero porque no nos olvidamos un poco de los humanos y sus miserias , no crees que deberíamos de alegrarnos un poco- me dijo volviéndome a enseñar sus dientes aunque ahora, esta vez afirmando lo que decía.
-        Me maravillo que un compatriota viniera a hablarme a mi con la misma filosofía que yo había esgrimido otras veces; si tienes mucha razón; le conteste dejando de lado un poco el acento.
-        Seguimos conversando ya mas animadamente, le pedí que buscara mas cerveza adonde mis amigos , regreso con unas nuevas en las manos, me extraño que trajera una Hatuey (como le dije a los brasileños cuando iba de guía “un indio cubano que se dio candela”), de botella y no las consabidas laticas que tanto fascinan a los cubanos, me la extendió y argumento:
-        Bien frías como te gusta-
Me sonreí, decididamente el se había propuesto conquistarme; como supiste que es esta la que me gusta.
-un pajarito me lo dijo-
Si ya me imagino que clase de pajaritos te lo habrá dicho y nos echamos a reír, ya tenia ganada casi toda la batalla.
Nos levantamos y nos fuimos adonde estaban los otros, me miraron con una cara de cumpleaños que no tuve mas remedio que sonreír, ellos se habían salido definitivamente con las suyas; me senté con mi chico al lado.
La noche tenia que pasar y paso; nos levantamos a la mañana siguiente y tras irnos a desayunar , esta vez si fuimos a la cafetería del hotel, por cierto a la que juramos no volver nunca mas era todo lo pésima que se puede imaginar. Salieron nuestros amigos con las consabidas camisas, yo no podía reprimir la risa que me daba, ya cuando los chicos salían con ellas puestas nosotros hacíamos lo indecible por no mirarnos entre nosotros para no soltar la carcajada, ya todo el personal de la villa sabían de donde venían solo al ver las camisas.
Recogimos todo nuestro equipaje que a estas alturas ya no era tanto debido a los obsequios entregados y lo que habían robado. Lo colocamos todo en el auto y fuimos a la carpeta a cerrar las cuentas y entregar nuestras llaves, pagaron lo que se debía que no era mucho, principalmente de llamadas telefónicas, le dimos alguna propina a los carpeteros asegurándonos que nos tendrían el mismo departamento guardado a nuestro regreso.
Íbamos disfrazados tan tropicales que parecíamos fotocopias de Carmen Miranda, enormes sombreros, las consabidas camisas de colorines, bermudas y unas alegres sandalias de piel para las que por suerte había numeración para mi, pues nacho y yo llevábamos mas o menos las mismas     tallas, le dijimos adiós a la villa donde hasta las camareras habían salido a despedirnos.
Encendimos la radio del auto e íbamos muy alegres, la música comenzaba a ponerse tediosa y tras aparcar antes de la salida de Guanabo en el garaje para apertrecharnos de combustibles, les puse otros 40 litros, Nacho saco su grabadora y empezaron tocar los acordes de “Mana”.
Yo iba a la máxima velocidad que me permitía sin meterme en problemas, aunque estos carros eran una maravilla para manejar, los baches de la calle les hacia grandes estragos, ese no era nuestros problema, si el gobierno no arreglaba las calles que se le jodieran los carros era lo menos que se les podía esperar; quería llegar antes de las 2 de la tarde; no había ningún motivo especifico para este apuro, será que aun tenia yo en mi subconsciente, que tiempo atrás cuando los cubanos aun nos quedaba el derecho de alquilar allí, debíamos de esperar hasta esta hora en que nos daban a nosotros los sobrantes de los extranjeros y los que estaban designados a los ejemplares trabajadores de la CTC en la conocida reservación de la calle trece.
Seguíamos nuestro viaje tan alegres como siempre. Los mejicanos querían recoger algunos jóvenes por el camino, pero a esto si me negué rotundamente, podíamos conocer demasiados riesgos, eran muchos los cuentos que se hacían que asaltaban los habanautos, desbalijaban a los turistas y los golpeaban o los mataban, también a los cubanos que venían de Miami los mataban para quitarles las cosas; paramos en el puente Bacunayagua, comimos allí, compramos algunos refrescos y agua, querían hielo pero en cuba no se vende hielo en ninguna parte, a lo largo de la carretera habían pintorescos kioscos con amplia variedad de productos de todo tipo, pero solo en dólares.
Seguíamos jugando al capitalismo en el socialismo, a los que pasaban por allí que no tenían dólares, como muchas personas que pasaban las noches a los bordes de la carreteras con la esperanza de conseguir algún medio de transporte que los pudiera llevar, entiéndase camiones o coches con caballos, (aun la gente no se habían comido casi todos los caballos de cuba), pero nosotros solo teníamos que disfrutar del paisaje, el sol y sus pintorescas playas.
Llegamos a varadero a punto para las dos, me comentaban que el comunismo y la apariencia ostentosa de zonas turísticas, rivalizaba con Cancún lo que por supuesto con mucho menos tecnología y lucidez, criticaban especialmente nuestros anuncios, para su opinión eran verdaderamente primitivos, subdesarrollados e inexpresivos. Lo menos que hacían era estimular el consumo, era como un atentado contra el diseño, les confesé que realmente eran de los mas novedosos del país, (que dejaríamos para el resto).
Para lo que a ellos les interesaba, lo mejor hubiera sido una casa pero temí demasiados riesgos.
Entre por la costa sur, ( como varadero es una lengüeta de tierra adherida a la isla de cuba tienes dos costas la norte que da al Caribe y tiene las magnificas playas y la sur que tiene solo relleno y rocas), para dejarlos en la expectativa de írselos descubriendo después poco a poco. Llegamos al Hotel Cuatro Palmas, para mi uno  de los mas bonitos y acogedores en esos momentos en la península, su arquitectura es encantadora, los balcones estilo colonial de un magnifico trabajo evanistico, emplazado alrededor de unos patios centrales con espaciosas terrazas y jardines donde sobresale triunfante una esplendida piscina en forma zigzagueante atravesada por un puente en arco y coronado por exquisitas fuentes burbujeantes.
Del otro lado de la terraza, unas escaleras que descienden directamente a la playa, circundados por tropicales bohíos de madera y yaguas, donde se ofertaban comidas y bebidas cubanas donde siempre ameniza un pequeño trió musical, esto constituía el bloque central de la edificación, la que tenia adosadas a ambos lados unas a las habitaciones que a parte de su belleza se ajustaba bastante a las necesidades especificas de nuestros intereses.
Aparcamos delante de la entrada del hotel, comenzamos a sacar nuestros equipajes, instantáneamente apareció un joven (el maletero) con una pequeña carretilla, para transportar nuestro equipaje. Entregue las llaves al ballet parking y entramos al hotel, una amplia estancia , perfectamente amueblada, con pequeños montículos de una vegetación exuberante e irreverente combinaba perfectamente con la decoración en tonos ocres simulando madera laqueada, nos acercamos a la carpeta toda trabajada en maderas preciosas, nos recibió una chica magníficamente maquillada( algo raro en nuestro contexto). Con una agradable sonrisa nos dio las buenas tardes y nos convido a que le explicáramos en que nos podía servir. Hicimos los tramites pertinentes y reservamos dos suites en el ala derecha de la instalación; nos separamos dos en cada suite que constaba cada una con dos habitaciones, y una pequeña salita de estar, se depositaron la mayor parte de los equipajes en la habitación que compartía yo con Nacho, felizmente todo había salido bien y solo habían pedido el pasaporte del que había dado la tarjeta de crédito, los demás solo los mostramos, yo estaba algo preocupado porque como mi pasaporte es cubano y a los cubanos no nos alquilan habitaciones en los hoteles y hubiera sido imposible yo hospedarme en ese lugar, pero al mi pasaporte tener un forro que me había regalado un brasileño amigo , no se fijaron mucho, tampoco así que no hubo necesidad de dar ninguna explicación.
Así que la habitación que yo tenía con la mayor parte de los regalitos que ya sabíamos, así el otro cuarto quedaba menos desocupado y más útil para todos los lances amorosos que requería su morboso trabajo, así que me dejaban a mí con el dolor de cabeza de custodiar las cosas.
Nos instalamos y tras cambiarnos nuestros disfraces, quedamos dispuestos para explorar y tener las primeras experiencias en nuestra nueva aventura; Bajamos a almorzar a una terraza divina que estaba muy cerca de la piscina, pero desde donde se podía ver la playa, el almuerzo fue delicioso, aunque la atención era un poco lenta en opinión de mis acompañantes,(ellos no tenían la mas pálida idea de lo que es lentitud en mi país, hubiese querido verlos haciendo una cola en una cafetería de la habana para comerse una croqueta al plato y un agua con azúcar), salimos tomamos el carro y nos fuimos hacia la zona mas populosa que esta a la entrada de varadero; mis amigos y yo también nos recreamos la vista en todas aquellas construcciones, de las que yo algunas no conocía. Era increíble a la velocidad con que crecían las instalaciones turísticas allí, era evidente que los nuevos convenios turísticos con alguna compañías de algunos países de Europa iban muy bien, lo bueno seria saber cuanto durarían.
Regresamos por donde habíamos venido y entramos a nuestro hotel, nos volvimos a cambiar pero ahora salimos equipados para irnos a la playa.
Era tanta la ostentación, que era casi una jaba de cosas que llevábamos, no quedo en Mejico crema bronceadora de cuanto tipo había, bloqueador solar, enormes toallas con tantos colorines que imagino que desde la luna se verían. A mi no me gusta particularmente la playa, pues detesto la arena y no me hace ninguna gracias el sol, pero igual no podía dejar de acompañar a “mis amigas” en “la playa mas linda del mundo”.
Bajamos las bien diseñadas escaleras que daban directamente a la arena, estiramos las tollas y depositamos todo aquel andamiaje tropical, ayude a mis compañeros a ponerse todo aquellos doradores a lo que yo me negué, pues detesto todo ese mejunje encima de mi piel, y solo me puse un poco de bloqueador solar para no quemarme demasiado. Se fueron al mar y quede al cuidado de todo aquello y contemplaba el mar tan limpio y transparente, lo blanquísimo de la arena y no acaba de entender como nuestro pueblo debía renunciar a toda esta bendición de dios, éramos extranjeros en nuestro propio país, porque éramos discriminados donde deberíamos ser los primeros en todo y dueños absolutos de lo que por naturaleza nos pertenecía.
Me levante un segundo para ir hasta el mar siempre e tenido la costumbre de antes de tomar un baño de mar, ir directamente hacia el y pedirle a la santa Virgen de Regla, Yemaya, saludarla allí en su medio y pedirle todo lo que deseo para mi y para los míos y para la humanidad. Tras persignarme y haberla invocado y haberme mojado con sus aguas, regrese por donde había ido y fui hasta el caney que había exactamente al lado de donde nos habíamos asentado donde vendían todo tipo de licores, cocteles y refrescos, fui atendido por chicos que con alegres bermudas y camisas tropicales nos llevaban adonde estuviéramos lo que quisiéramos pedir, pedí una cerveza y tras pagarla volví sobre mis pasos vagando la vista por todos los que allí se encontraban, habían mujeres evidentemente europeas con el busto descubierto, me llamo la atención porque aquí eso esta prohibido (parece que no para los extranjeros), también habían hombres que con pequeñísimos trajes de baño tomaban el sol, lo que pude notar es que habían muy pocos cubanos allí, seguí caminando y me quede paralizado en la arena y bajo el sol impertinente, el motivo de mi sorpresa era ni mas ni menos que un culo trascendental y épico que me quede sin aliento, seguido de unas magnificas piernas que dejaban ver un bello rubio seguido, el que también cubría de forma mas dócil sus apocalípticas nalgas, estaban seguidas de una pequeña cintura y una esbelta espalda, su pelo especialmente largo y rubio caía en ensortijada rebeldía a un lado quizás para no permitir que otra posición no produjera un bronceado completo de su espalda, primeramente supuse que se encontraba totalmente desnudo, lo que estimulo aun mas mi imaginación, pero pude notar un pequeñísimo hilo de tela rosada que se empecinaba en esconderse. Recobre un poco el aliento y tras tener que dar un pequeño salto para no tropezar y caer encima de el, cosa que hubiera deseado fervientemente, logre llegar finalmente adonde estaban nuestras cosas y me senté en una silla plástica plegable que le había puesto una toalla encima. A todas estas mis queridas amigas seguían disfrutando del mar y de la compañía de dos jóvenes que desde mi posición podía distinguir.
Lo estuve contemplando como se contempla un paisaje, venerando sus curvas magnificas, lo admiraba casi con descaro, quizás fue la fuerza de la mirada que lo hizo voltearse, si antes había perdido el aliente ahora me sentía desfallecer, su rostro era de extrema belleza tanta que parecía enigmática, la cercanía a que me encontraba de el permitía su total  adoración, sus finos labios y firmes contornos dejaban ver unos pequeños dientes en perfecta alineación, sus pómulos ligeramente bronceados marcaban una sutil dureza en sus facciones, sus profundos ojos conspiraban con el mar, el que se sentía endioso quizás de tan seguro rival, sus cejas con graciosa inclinación marcaba sus rasgos tan particulares, me miro y sonrió, inmediatamente volvió su cara hacia el otro lado sin dejarme la oportunidad de devolverle la sonrisa.
Yo debía conocerlo, no sabia como propiciar un encuentro, definitivamente me había turbado porque, que yo no tuviera como conocer a alguien es porque me intimidaba demasiado; pasaba un camarero por allí y le indique que por favor le sirviera una cola a ese joven, a lo que el camarero no contesto y tras llevárselo pude contemplar como se incorporaba y hablaba algo con el, miraba para mi, sentí que la sangre se me retiraba del rostro, cuando vi que el camarero venia hacia mi con el refresco en la mano.
-señor dice aquel joven que si quiere darle algo se lo lleve usted personalmente, perdone, pero eso dijo- me dijo casi con pena, le dije que me prepara el trago mas colorido que pudiera prepararme, tras breves momentos me trajo un trago que venia dentro de un coco picado y con cuanta sombrillita, flequillo y colorín pudo ponerle, lo tome y me levante a llevárselo.
Me pare delante de el con aquel casi sombrero de Carmen Miranda alcoholizado y extendiéndoselo le dije, me acepta esta cosa que no se ni que es, el rompió en carcajadas y lo tomo lo que a mi me dejo mas tranquilo, me quede mudo, pocas veces me quedo sin tener nada que decir.
-me envías una coca cola, después me traes esta explosión carnavalera y después no hablas una palabra, si ya llegaste hasta aquí creo que deberías continuar- me dijo sonriendo pícaramente.
Me sentía cohibido delante de el, no sabia como hablar, si fingir como siempre, o ser yo mismo, no sabia que hacer su terrible belleza me turbaba, decido ser lo mas natural posible y mantener algo de ese acento indefinido que cargo por estos momentos.
Realmente tengo miedo, le comente –por que?, porque tu belleza me asusta,-por que?- dijo volviendo a sonreír.
Porque te vi en un sueño, dije bajando la cabeza: en este momento y como para sacarme del aprieto en que me encontraba llegaron mis amigos con sus recién conocidos, hablaron conmigo y también se quedaron mirando al que conmigo estaba, el que con vergüenza bajo la cabeza, “mis amigas” al darse cuenta de la interrupción hicieron mutis y desaparecieron.
-sabes una cosa yo también te había soñado-
Me tome la libertad de una sonrisa, pero inmediatamente le conteste; y me amabas mucho en tu sueño, porque el mío yo moría por ti.
Sonriendo me contesto- y podría yo dejarte morir sabiendo que tu me amabas-; supongo que no- sabia que era mentira que solo me seguía el juego, pero igual no me importo y el acercando la cabeza provocativamente hacia mi, sin pensarlo siquiera y dejándome llevar por los impulsos lo bese, quedamos mirándonos un rato, luego decidí bañarnos y empujándolo con la mano lo invite a seguirme, su cuerpo se movía en el mar con graciosa soltura y provocativamente me rozaba a cada paso por mi lado, nos tocábamos bajo el agua , nadamos un poco mar adentro, dejándome el detrás yo llegue hasta donde creí que podía seguir a salvo y el al ver que me quedaba rezagado regreso comentándome que era nadador que a veces olvidaba que algunos no podíamos seguirlo, nos quitamos las trusas y las enrollamos en el brazo, nuestros cuerpos en el agua moviéndose constantemente, nuestros cabellos formaban una extraña danza donde ambos querían participar, nos amábamos casi sin tocarnos , el rose de una pierna, el pelo en la cara del otro nos llevaba casi hasta el orgasmo, nadábamos sin sentido y el mundo no parecía importar, nos despojábamos bajo las claras aguas que les daban a nuestros cuerpos tonos diferentes a cada movimiento de las olas, contemplarnos desnudos y bajo el sol, era una experiencia indescriptible, no existía limite para nuestros cuerpos y nuestros sexos los que se excitaban cada vez mas en esta danza desconocida de los sentidos, quisiera ese flotar no hubiera terminado nunca, hubiera deseado morir para no regresar a la tierra donde todo seria cruelmente real.
Tras disfrutarnos fuimos calmando nuestros deseos, sabíamos que ya nadie nos lo podía quitar, podrían castigarnos por ello, pero no quitarlo, la memoria es la que aun no han logrado arrancar los gobernantes de este país, ahí es donde único somos realmente libres.
Nacho me dijo que lo acompañara a comprar bebida , me levante y me fui con el, me pregunto que me pasaba y le comente que había cometido una estupidez, me había enamorado, me puso el brazo por arriba y me dijo que a veces es bueno sufrir un poco por amor, ellos habían ligado aquellos chicos con los que pensaban pasar el día, la playa les había estropeado mucho y no se sentían con deseos de salir en la noche a fiestear a ningún lugar que si yo quería saliera, les dije que yo tampoco tenia deseos de salir, parecía que todos nos habíamos puesto algo melancólicos, subiríamos a bañarnos  y después nos hablaríamos para irnos a cenar, llegamos de regreso de nuestras pequeñas caminatas adonde los otros, tenían toda una conversación muy amena aunque cuando me senté al lado del que aun no sabia ni su nombre me reprocho de una manera maravillosa el haberlo dejado abandonado por algún rato, y con la misma ternura le conteste que había sido por muy poco tiempo y absolutamente necesario, tras recoger todo aquello subimos a las habitaciones.
Tras cerrar la puerta nos abrazamos y nos dimos un largo beso, dejamos todos los avituallamientos de playa en el piso y le dije que se fuera a bañar, entro al baño y yo me dedique a recoger lo traído, colgué la toalla en el alfeizar de la ventana, puse su ropa a un lado y me desnude y tras titubear un poco abrí la puerta del baño con cautela y descorrí la puerta de plástico casi transparente que precedía la bañadera, donde el se duchaba, estaba todo envuelto en una blanquísima espuma, noto mi presencia y se dejo observar y sus movimientos se hicieron mas lentos y provocativos dejaba vagar sus manos por todo su cuerpo, por momentos se ponía bajo el agua la que al bajar sin rumbo fijo descubría por momentos su piel bronceada, a mis miradas se excitaba cada vez mas, todo su cuerpo en una alerta total, me tomo por una mano y me hizo entrar juntos dentro de la ducha, me llevo mi mano hacia su sexo que frote excitado totalmente, deje que el agua bajara por mi cabeza mientras el también me contemplaba , me acerco y nuestros sexos quedaron de frente y desafiantes, nos tocábamos todos, yo acariciaba todo su cuerpo y nos estrujábamos deseando fundirnos, mis deseos iban en aumento y me sentía desfallecer a la vez que de espaldas a mi y con su cabeza directamente bajo el agua me ofrecía todo su dorso el que había sido motivo de mis instintos mas morbosos, deje que mi lengua vagara por toda su espalda y mordiendo sus nalgas motivos de tantas fantasías, expurgaba los mas recónditos depósitos de placer, se negaba a ser penetrado por mi sexo que se empecinaba en descubrir sus mas recónditas cavernas, a cada negativa suya me encendía cada vez mas, era una negativa que llegaba implícito el subtexto que lo hiciera, era una negativa, con una total suplica de lo contrario, agarre sus brazos fuertemente contra la pared y deje que mi sexo buscara la guarida que tanto lo esperaba, sus quejidos y mis gritos hacían cada vez mas excitante nuestra aventura, su placer era tanto como el mío, su cuerpo se quebraba a la vez que crujían sus entrañas, nuestras bocas se buscaban, cuando los quejidos lo abandonaban por momentos, mi mano buscaba su miembro el que al juego con mi mano que de tanta excitación deseaba quizás volar y le daba mucho mas placer al con mi mano expurgarlo y rosarlo en todas direcciones, nuestro placer llego a su cumbre y en un grito total de éxtasis quedamos desfallecidos tras nuestro unánime orgasmo, seguimos amándonos y dándonos ternura, mojados nos fuimos a la cama a descansar quizás toda nuestra pasión, nos acostamos unos sobre el otro desfallecidos pero deseosos de una nueva contienda y con palabras de afecto y placer nos fuimos quedando dormidos.
Me despertó el leve repiqueteo del teléfono, lo descolgué y escuche la voz de Nacho:
-Alex, son las nueve de la noche y si no te apuras nos quedaremos sin cenar; como te fue ¿
Casi como lo soñado; pasamos a buscar dentro de un rato, y lo ustedes que?
-todo muy bien con los chicos pero ya los despedimos-
Y eso no les gustaron?.
-si pero ya esta bien; ahora saldremos a buscar otros cueros (riéndose).
Bueno los espero, termine colgando el teléfono.
“Mi sueño” dormía descansando su cabeza sobre mi estomago, quizás sentía el frio del aire acondicionado… lo desperté  y dulcemente le explique que eran las nueve de la noche que deberíamos vestirnos e irnos a cenar.
(Se sorprendio y medio asustado me dijo)- por dios tengo que estar antes de las diez en el cabaret.
Y eso para que?
-yo bailo ahí y tengo que llegar en hora- dijo tirándose de la cama.
No te preocupes te llevo en el auto, insofacto se me ocurrió una idas, podemos ir verdad?, le pregunte.
-por supuesto que más desearía yo- contesto entusiasmado.
Tendríamos que cenar antes mis amigos se mueren de hambre.
-        En el cabaret también hay cena-
Marque el numero del otro cuarto y saliéndome lalo me contesto.
-mande?.
Oye soy yo, este chico baile en el cabaret (tape el auricular y le pregunte el nombre del cabaret, el internacional me contesto el) internacional dice el que hay cena, podríamos ir? ( del otro lado escuche cuando preguntaba)
-si ok estaremos en breve.
Colgando le dije bueno nos vamos contigo.
Le di unos pullovers y un short para que se vistiera, yo me puse un pulóver y un short también, a lo que el me dijo que tenia que llevar pantalones, me encogí de hombros porque no había traído pantalones, busque entre las cosas de nacho y puse unos jeans de el.
A estas horas aun no sabia como se llamaba “mi sueño” y el tampoco había preguntado nada de mi, quizás lo sospechaba todo.
El termino de recoger sus cosas y ponerlas en una bolsa de plástico y cuando íbamos a salir lo tome por la mano y le pregunte:
Disculpa, pero como te llamas?
-Alejandro- y mirándome a los ojos me dijo-tenemos mucho de que hablar-
Llegamos 15 minutos para las diez tras dejar a Alejandro en un recodo, por donde entran los artistas.
Estacionamos el carro en el paqueo y traspusimos el umbral del hotel, y sin detenernos en su estructura entramos directamente al cabaret, era realmente hermoso, todo tapizado en espejos y con una preciosa araña que colgaba del techo, había poca gente (no era aquel lugar como las discos donde habíamos ido en otras oportunidades) para lo amplio del lugar.
Nos sentamos en una mesa próxima a la pista, ordenamos nuestra cena y mientras la traían conversábamos.
-que te a pasado con este chico- me pregunto Lalo
Me e enamorado, mirándole a la cara
-pero me parece que es muy poco tiempo-
Es lo que siempre había soñado.
-Pero entiende que esto te puede hacer mucho daño-
Y que puedo hacer ya se que es asi, pero no lo puedo evitar
-aunque te quieras ir de este país mientras eso se da puedes tener un romance, no?-
Pero date cuenta que lo peor de todo es que yo soy cubano, y mis ojos se aguaron.
-Y eso que tiene que ver, no debe ser un problema para ti-.
Solo para mi, no para el también y para todos los que nacimos en esta sufrida tierra, el desea un extranjero igual que yo, para poder irse de aquí.
-        Que difícil son las cosas para ustedes-
Ni te imaginas lo que pasara cuando ese chico se entere que lo e engañado y que yo soy cubano.
-no se lo digas- me riposto nacho-déjalo que siga creyendo que eres extranjero, nosotros te apoyaremos- mirando a los otros.
No puede ser, tengo que decírselo, no puedo pasarme la vida mintiendo tengo que en algún momento ser yo mismo.
-que triste puede ser las cosas para ustedes, y nosotros que nos creíamos los mas desdichados por las cosas que nos pasan allá- si dios nos ayuda te sacaremos de aquí, haremos lo que sea para ayudarte-
Se acercaron y nos sirvieron la cena.
Ustedes creen que yo como cubano y con mi dinero podría alguna vez sentarme en esta mesa y pedir una cena así para ustedes, ni por la puerta me dejarían pasar.
-pero nosotros te la ofrecemos con el mayor placer, no solo eso si no lo que quieras-
Yo lo se y se los agradezco, pero y yo como les puedo recompensar, demostrar que yo también les quiero sin poder darles nada y me salieron algunas lagrimas.
-no te pongas así hermano, sabemos que nos quieres y con tu sincera amistad, nos basta, pero ya esta bueno que aquí vinimos alegrarnos y no a sufrir, me ayudaron a secarme las lagrimas y comenzamos a cenar, ya comenzaban los acordes del inicio del espectáculo.
Comimos mientras veíamos el show, Alejandro se veía muy hermoso en el escenario, a cada momento pasaba frente a nosotros y me sonreía, terminamos de cenar y retiraron las cosas y pedimos de tomar. Tome como un demente quería olvidarlo todo a lo que mes amigos tuvieron que controlar mis tragos.
Les dije que quería pedirle algo de comer a Alejandro, que pobrecito debería estar muerto de hambre (como lo había estado yo en otras ocasiones), me dijeron que les hiciera el favor de pedir y hacer lo que me diera la gana.
El show no era tan malo y lo digo con causa de efecto después de haber visto casi todos los de este país por un buen tiempo, era como casi todos un canto a la cuba tropical y la cultura afro antillana, esa parte era tan simple y similar como todos los shows de los demás cabarets, se terminaba el despliegue de colores, telas rotas y medias desflecadas y los bailarines y los cantantes hacían su ultimo pase por el escenario. Tras cerrar las cortinas al rato vino Alejandro a nosotros y tras pedir permiso se sentó a mi lado.
Le pregunte que quería de cenar y me dijo que nada al yo insistir y tener de vuelta su negativa, llame al camarero y le pedí un bistec con arroz y papas fritas y cerveza, y dos helados para el y dos para mi ( a los cubanos nos fascina el helado , será porque tenemos una catedral en su nombre “coopelia”) y me vire para preguntarle de que sabor y no recibir respuesta , le dije de chocolate, sabia que al acompañarlo se sentiría menos mal.
Mis amigos le preguntaron si podía invitar a algunos amigos suyos a lo que el se levanto para ir a buscarlos, en lo que traían su cena.
Nosotros nos quedamos comentando sobre el espectáculo y ellos me decían que en México ese tipo de show, tipo Las Vegas no existían, eran discotecas con una cantante que diera un concierto y eso era todo, al menos en eso teníamos algo en ventaja.
Llego Alejandro con tres bailarines y una bailarina, los habíamos visto en el espectáculo eran unos jóvenes muy hermosos, en realidad todos en el show eran muy “buenos cueros”.
Sumamos unas sillas a nuestra mesa y se sentaron, se les pregunto si deseaban algo de tomar y pedimos algunas cosas,(aunque yo seguía controlado en los tragos por nacho, que no me perdía de vista),  tras haber pedido algo de comer les dije que después de todo lo que habían bailado allá arriba deberían recuperar fuerzas porque quizás después las necesitarían, y tras todos reírnos continuamos, después llegaron algunas chicas también bailarinas y bailamos un poco , allí si no se podía bailar hombre con hombre con el mil ocho, me sentía muy en ambiente, ya conocía ese mundillo.
Salimos con todo el alcohol que constituía tres botellas de ron, esta vez yo no conduje, estaba demasiado ebrio para hacerlo, Ángel tomo el volante y nos fuimos todos, también iban las dos bailarinas para acercarlas a sus casas, y todos los demás apretujados como pudiéramos, íbamos amándonos ya desde ahí, nos besábamos y abrazábamos como si todo fuera a terminar, tras haber dejado las chicas, legamos al hotel y tras sobornar al seguridad, fuimos directamente a nuestras habitaciones.
Todos fuimos a “mi suite”, sacamos algunas bebidas y escuchábamos radio, al poco rato unos se fueron al otro cuarto y Lalo se fue al cuarto contiguo con uno de los chicos, Alejandro y yo nos acostamos, no me sentía nada bien y me trato con extrema ternura, cada vez me sentía peor, mis deseos de llorar aumentaban cada vez mas, notaba su ternura a cada momento, me deseaba, nos juntábamos desnudos y nos excitábamos, no con fuerza, sino como una suave briza que rasgaba las olas, como una brisa que nos traía un aroma a yerba fresca, nuestros cuerpos se rozaban y nuestras bocas deseaban nunca separarse, los labios exploraban nuevas formas de fabricar deseos, esta vez el llevaba la delantera, conocía casi todos mis pensamientos, dejábamos que nuestros cuerpos se conocieran nuevamente, que se redescubrieran, nuestros pies se tocaban constantemente, sus manos exploraban mi cara y mi pelo yo acariciaba sus cadera exquisitas y firmes; me condujo hasta donde la vida no conocía fronteras, cada gesto excitaba mi imaginación, podíamos sentir hasta las armonías del alma, a la luz que entraba y caía directamente sobre nuestros cuerpos marcaba la intensidad de sus rasgos faciales, sus ojos entornados y su boca entreabierta en un quejido entrecortado que no terminaba, deje que mis instintos latentes hicieran los suyo, la yema de los dedos vagaban casi sin tocarlo, sobre todos los contrastes de color, mis dedos se cambiaron por mi lengua la que recorría toda su exquisita extensión que respondía con pequeños espasmos y contorciones, con todo el sentido de lo extraño, que nos provocaba quizás este primer encuentro, éramos unos seres vitales que dejábamos nuestros cuerpos a la magia del deseo, se incorporo y quizás no pudiendo retener un segundo mas sus manantiales interiores , estimulo con sus manos para desbordarnos en un rio de orgasmos y contorsiones, nos acariciábamos a cada instante y parecía que aun no habíamos alcanzado el supremo éxtasis que aun se sentaba triunfante sobre nuestras cabezas.
Termino desfallecido sobre mi, así estuvimos largo rato, hasta que el se incorporo y fue al baño. Yo rompí a llorar, frente a mi todo un mundo espectral regresaba a mi mente, los fantasmas me acusaban desde todos los rincones de mi falsa habitación, mis sollozos se hacían cada vez mayores, deseaba controlarme pero no podía, era mas fuerte que yo.
El entro y al verme sentí sus brazos sobre mi, quizás alarmado:
-que te pasa?, te e hecho algún daño?-
No, le conteste con la cabeza
Se sentó frente a mi, desnudo igual que yo, tomo mi cara entre sus manos y mirando mis ojos empapados en llanto me dijo:
-que te pasa realmente-
Temo no poder recuperar mi propia vida y te amo aun sin deber.
Se sonrió y me contesto.
-te tienes a ti mismo, sobre todo, eres un gran ser humano-
La vergüenza se hizo mucho mayor para mí al escucharle decir eso, hubiera deseado que me ofendiera o que me despreciara.
Es que yo no soy quien tu crees- le dije bajando la cabeza.
-tu crees que yo soy tan ingenuo, llevo mucho tiempo en esto- afirmo
Sus palabras laceraban mi pecho; es que yo no soy extranjero, ni nada que se le parezca, todo es una gran mentira, una infamia a la que casi estoy obligado a vivir y continuar llevando a cabo, a veces ya ni se quien realmente soy a veces me arrebato de dolores de cabeza de tanto pensar en esta realidad que ya no tiene limite y que yo  veces ya no le reconozco los limites; dije comenzando a calmarme, estaba hablando todo lo que había deseado desde el primer momento.
-no te preocupes, algo de eso imaginaba, ya lo sabia, los extranjeros no hacen el amor así y tu lo haces muy bien- ,me dijo acariciándome, se levanto y sirvió algo para que tomáramos los dos.
Pero me es insoportable tener que perder mi identidad para todo esto y lo que es peor tener que engañarte a ti.
-no te atormentes por eso yo hago lo mismo, me acuesto con los extranjeros y cuando se me da un “pan” como el que tu tienes hay que aprovecharlo, estamos obligados no queda de otra, es asi solo hay que aprovechar los momentos.
Pero has amado a alguien, le dije entre sollozos.
-a ti- beso mi cara y una lágrima se asomo a sus ojos.
No me digas eso que me haces más daño., le dije.
-por que?, tu me puedes dar afecto como yo te lo doy a ti y ser felices al menos por ahora- y me tomo las manos.
Pero a partir de mañana?
-a partir de mañana nos recordaremos y nos veremos si tu lo quieres- y tras desatar sus lagrimas nos besamos.
Ya, ya asentí secándole la cara tienes razón, aprovechemos la oportunidad que dios nos d y no pidamos demasiado.
-        Es verdad no pidamos demasiado, disfrutemos y no perdamos el tiempo que es muy poco, no pensemos en lo que pasara mañana.-
Yo quería hablarle y explicarle que no podía andar con el a cada momento que me debía a mi “trabajo”, que tenia que guiar a mis amigos y no los podía dejar solos , pero preferí callar y dormir con el todo dentro de mi.
A la mañana siguiente me desperté y me sorprendí al ayarme solo en la cama, me levante de sobresalto y busque por la habitación, abrí con cuidado la habitación de Lalo y los vi a los dos durmiendo, entonces vi el batir de la cortina que indicaba que la terraza estaba abierta, Salí afuera y allí estaba el, completamente desnudo mirando al mar.
Niño por dios me asustaste.
-te vi durmiendo tan plácidamente que no quise despertarte-
Como no iba a estar en paz después de lo de anoche, acercándome a el.
Entre y dije eso deben ser estas gentes.
Hola, conteste.
-mano soy yo, dijo nacho, oye “guapa” yo se que debes estar en las nubes pero ya es hora que toques tierra que ella es hora de ponernos a “trabajar”- me dijo enseriándose.
Si tienes razón debemos ponernos a funcionar, pero antes debo solucionar esto, dije mirándolo a el.
-oye mano no debes romper si no quieres y te sientes tan bien, cítalo para otro momento;- como te fue ayer, me quede preocupado?-
Todo bien, ya estoy en paz con el y conmigo mismo, dejándole ver  lo que me refería.
-y te acepto todo como eres tú-
Parece que todo esta bien, ah necesito tu ayuda.
-para lo que quieras ya sabes, “mande usted manita”,.
Déjame despertar a Lalo y nos pueden pasar a buscar.
Alejandro me hacia señas que y sus amigos donde estaban; y los chicos que?
-        Están aquí ahorita vamos.
Bien, nos vemos, muaaaaaa.
Desperté a Lalo y le dije que hasta las cuantas que ya era hora de levantarse , se levanto con el otro chico y se metieron al baño.
Al poco rato llegaron casi a medio vestirse.
Abrieron sus valijas y les dieron algunas cosas y ropas a sus chicos y a Alejandro, yo saque un pulóver para mi y una nueva bermuda, me puse las sandalias de piel al igual que nacho, Alejandro lo puso todo en su mochila que yo le había dejado y nos sentamos en la terraza a esperara que terminaran de vestirse.
Entre y llame a nacho aparte le dije que estaba sin dinero y quería darle a Alejandro, me dijo que ahora no tenia mucho efectivo, pero que cuando bajara sacaría mas con la tarjeta de crédito, le dije que no necesita mucho para darle, le dije que con unos cuarenta dólares me bastaba, me dijo que para eso si y yendo a su cartera me trajo cincuenta dólares, se los agradecí y Salí a la terraza, se los di a Alejandro y tras hacer el gesto que no, le dije que por favor no me hiciera la cosa difícil y por fin lo cogiera.
Bajamos y desayunamos, antes de salir Nacho, Lalo y Angelito, nos pidieron que los esperáramos en el carro, al llegar me deslizaron unos billetes en el bolsillo del short, pero no los saque en ese momento, salimos y tras dejar a los chicos donde nos indicaron, después llevamos a Alejandro hasta su casa , me baje con el y lo despedí, le dije que cuando yo terminara, lo vendría a buscar, me dijo que esa no era su casa, que allí estaba alquilado, pero que me esperaría, que recordara que se iba a las 9 de la noche para el cabaret, le pregunte donde con mas facilidad podríamos encontrar algunos “pepillos”, me miro muy serio y sonriendo le conteste que no se preocupara que no eran para mi, y me dijo que preferiblemente en la playa preferiblemente por el área del Hotel Caguama, que llegan en bicicleta y muchos se quedaban por allí.
Enfilamos en el auto por toda la avenida primera, la cantidad de personas por las calles era increíble, paramos entre los Delfines y La herradura, vimos la gente en movimiento, nos ofrecían todo tipo de productos, entramos al hotel la herradura, pero no vimos movimiento de jineteros, salimos a la playa, nos sentamos en un barra al pie del mar y por allí si vimos muchos chicos y chicas deambulando, se nos acercaron unas chicas y las despedimos rápidamente, comenzamos a caminar por la arena y nos sentamos bajo unas sombrillas, esta vez íbamos con mucho menos aparataje playero. Nos tomamos unas cervezas y pasaron unos chicos que estaban según la opinión unánime muy bien, evidentemente no eran gays, pero eso ya no importaba, siendo extranjero te podías acostar con quien quisieras, les pregunte si querían cerveza y se sentaron con nosotros, después de hablar un rato, nos fuimos al hotel, subimos y ellos se fueron a la otra habitación a lo suyo y al yo tener cerca de dos horas libres me acosté a dormir.
Me llamaron a la puerta, era angelito que venia a buscar el pago de los chicos, las correspondientes camisas, nos reímos al decir que nos podían seguir muy fácilmente la pista, solo había que seguir a lo chicos con esas camisas, que los chicos eran tremendos “cueros” que les habían pedido 30 dólares por lo de mas fotos, no era como en la habana, al poco rato de haberse ido, regresaron esta vez los tres, estaban encantados, decidieron descansar un rato esta vez se quedarían conmigo.
Al rato nos levantamos nuevamente y nos fuimos otra vez de cacería, esta vez fue mas sencillo, solo nos llegamos a la playa de el hotel y ahí mismo conocimos otros chicos, a lo que nos echamos a reír, que si quería después de dejarlos en la habitación y darles los regalos si quería fuera a buscar a “mi amorcito”, para después salir en la noche.
Tras dejarlos en sus menesteres me puse la bermuda de mañana para ir a buscar a Alejandro y recordé el dinero que me habían tan sutilmente deslizado en mi bolsillo, había nada menos que trescientos dólares, jamás pensé que me pudieran dar tanto, guarde el dinero.
Salí con el auto y fui a buscarlo, llegue, el estaba sentado en el portal y se sonrió al verme llegar, ahora todos los vecinos comentarían de su nuevo novio extranjero.
Tras descender y entrar al portal me senté a su lado, conversamos durante un rato, el ahí pagaba un dólar diario de alquiler y otro de comida, gracias a una consideración de la señora de la casa le daba estos descuentos por el tiempo que el llevaba ahí, los precios eran un poco mas altos para todos los cubanos en ese paraíso del turismo, en varadero prácticamente no circulaba el peso, a pesar que los salarios no se pagan en dólares este constituía mas aun que en la habana la moneda nacional, lo que obligaba a todos los jóvenes a jinetear ahora por la supervivencia, ahí también vivían dos bailarinas del mismo show, ellas eran de otras provincias al igual que el y bailaban en ese show y tenían que pagarse las cosas en dólares jineteando y además ayudar a sus familias en sus provincias que si no fuera por ese trabajo se morirían de hambre.
Tras las pequeñas cosas que provocan un gran alboroto, continúe con la problemática naturaleza de mi recorrido y tras preguntarle a mi acompañante si deseaba ir a algún lugar en especifico y chocar con su correspondiente encogimiento de hombros, nos llegamos a un hotel a merendar, ya todos los hoteles se me parecían demasiado, sin saber porque me incomodaba cada vez mas.
Nos llegamos a “mi hotel” y nos encerramos en el cuarto, puse la televisión y todo aquel exceso de capitalismo me tiro en la cama, rastree los canales y todos eran americanos, solo había uno cubano pero evidentemente para el consumo de los turistas, (se extrañaba los interminables discursos de Fidel y los anuncios revolucionarios que daba deseos de vomitar), los comerciales de los productos cubanos del modo mas cursi y primitivo que podía imaginar, se hacían notar mucho mas con el contraste aplastante de los yanquis que solo veíamos con pulsar el control remoto, evidentemente, este país cada vez mas iba cediéndole espacio al capitalismo, lo habían intentado tocar, jugar con el y se habían enredado en su telaraña de consumo, firme y pegajosa del que ya no podían sacudirse, se asomaban al temido abismo del mito y de la locura y se habían quedado prendados de el, por eso a veces a algunos comunistas se les iba la mano y después Fidel los mandaba a meter presos o a matar,  porque se habían dejado seducir por el capitalismo, se les habría ido la mano quizás?
Pasamos el resto de la tarde juntos mi novio y yo, pero no quise abusar de mis amigos y lo lleve de regreso antes de que me llamaran para cenar, lo deje en su casa y tras asegurarle que lo iría a buscar una vez terminado su show, sobre las once y media, nos despedimos con un tierno beso (dentro del auto).
Al regresar mis amigos me buscaban y al verme solo me preguntaron por Alejandro, les explique que no se había podido quedar pues tenia que trabajar, que lo recogería una vez terminado su trabajo.
Nos bañamos y nos cambiamos y tras preguntarme donde cenaríamos, los lleve a la versión de varadero de la bodeguita del medio, el bodegón, tras comernos una exquisita cena y dejar nuestros nombres escrito en las paredes todos coincidimos que el trato y la comida era mucho mejor que en su precedente.
Nos fuimos a una discoteca que nos había indicado Alejandro donde frecuentaban mucho los cubanos por su bajo “cover”, al llegar nos quedamos sorprendidos, de la cantidad de jóvenes de aterradora belleza, todo estaba imbuido en ese espíritu nocturno y disipado y evidentemente esperaban por los que pagaran sus entradas, para seguramente ahorrar ese dinero para dos días mas de alquiler.
Invitamos a cuatro chicos especialmente hermosos,(tube que controlar algo a mis amigas querían llevárselos a todos), entramos y nos llevaron a una pequeña mesa que estaba circundada por un enorme y mullido sofá de un lado y del otro unas sillas; esto facilitaría mucho las cosas, la música excesivamente alta y las luces marcaban especialmente nuestra nueva y heterogénea masa extranjera que marcaba también este circulo hechizado de la vida, donde se supone todo sea felicidad, que no permitía ver el sacrílego horror de la indefinible aprensión que se experimenta tras la demencia y la monstruosidad de toda aquella necesidad de supervivencia que nos imponian los gobernantes de este país y que marcaba toda esta hediondez moral donde las virtudes valían tan poco.
Nos la pasamos bailando, solo tuvimos que comprar colas pues allí mismo otros chicos nos habían vendido dos botellas de habana club, al módico precio de cuatro dólares cada una, mis amigas estaban encantadas con la atención que les brindaban aquellos chicos y otros que desde la distancia les hacían ojitos,(nunca se habían sentido tan “deseadas”), a las carteras era a las que deseaban en realidad, pero soñar no esta de mas, esta vez no quise ser demasiado áspero y departí con todos ellos y hasta acepte las atenciones de alguno de ellos, todos tomaban y fumaban que era una nube de humo sobre nosotros, yo solo tomaba refresco, debía estar al tanto de todo, vi uno de los chicos tratar de meterle la mano en el bolsillo a Lalo y tras sacarlos a todos afuera les dije lo que estaba pasando y que prefería que me dieran sus carteras y yo las guardaría y así no tenían que preocuparse, me las dieron y volvimos a sentarnos.
Cerca de la hora indicada me levante y tras pedir permiso me levante y tras echarle una mirada de preocupación a mis cuates, a lo que nacho me contesto asintiendo con la cabeza, Salí de allí ante la mirada atónita de los otros chicos que no entendían mi conducta.
Llegue al internacional y tuve que esperar un breve tiempo, el que fue aprovechado por chicas y chicos para  hacerme blanco de sus lances lo que me divertía algo; llego Alejandro, esta muy lindo y tras darme un beso delante de todos y dejarlos con la boca abierta por su osadía, lo que dejaba bien en claro que yo era de su propiedad.
Llegamos a la discoteca, pague su entrada al llegar a la mesa, saludo a mis amigos los que le correspondieron muy efusivamente, ignoro totalmente a los otros aunque dijo un buenas, que paso rozando todas las cabezas de todos ellos, a lo que no tuve que contener la risa.
Nos sentamos donde estaba antes, quedándome Alejandro a la derecha y el chico que me enviaba sus furtivos ojitos a la izquierda. Le serví un trago a mi novio y compartimos, hablábamos lo poco que se podía oír en ese lugar.
Las insinuaciones continuaban bailábamos y todos parecían felices aunque un aire de incongruencia se podía respirar, quizás todo era demasiado perfecto; a la insinuación del chico que a mi lado se encontraba persistía y para evitar males mayores le explique que conmigo perdía el tiempo yo estaba con mi pareja y no pensaba atenderlo que pusiera su atención en mis amigos que era mucho mejor. Alejandro al verme hablar con el chico monto en cólera y como ya el chico había echo lo suyo tuve que explicarle de la mejor manera lo que sucedía, al no querer entender nos fuimos a sentar en otro lugar hasta que decidieran irse lo que por fin sucedió al poco rato, ya el tiempo había pasado y el alcohol permitía a mis amigos y sus acompañantes ciertos excesos.
Llegamos al hotel y subimos no sin antes haber realizado el soborno de costumbre, después de entrar en nuestras respectivas habitaciones, toco a la puerta Ángel venia a buscar todo, no le explique nada a Alejandro, no quería hacerlo participe, aunque supuse que se había dado cuenta cuando vio que yo ayudaba a llevar los regalos.
A mi regreso no me dijo nada, aunque noto la preocupación en mi rostro.
Pase casi toda la noche en vela, con el televisor puesto, temía que pudiera suceder algo, estábamos en un lugar donde no sabia las consecuencias que podrían traer ciertas actividades.
A la mañana siguiente parecía que todo había estado bien, me levante y tras bañarme llegaron mis mejicanos, me llamaron a la terraza fuera del alcance de los oídos de Alejandro, resultaba que todo había salido muy bien, pero les habían exigido cien dólares cada uno y los habían amenazado con golpearlos de no haber sido oído sus reclamos, me insulte mucho por no haber sido yo informado de esto para haber ayudado en algo, me contestaron que por suerte todo había salido bien, pero que era suficiente y nos dedicaríamos a conocer varadero, bajamos a desayunar y decidí que mejor nos iríamos a las Américas a despejar un poco y Alejandro se fue con nosotros.
Era la antigua casa de un millonario americano llamado Dupont estaba en una punta de varadero con una de las vistas mas espectaculares de la playa, ya había perdido sus espectaculares jardines, lo habían echado abajo porque estaba construyendo allí un nuevo hotel, pero aun mantenía toda su belleza, nos fuimos a la playa y allí estuvimos bañándonos en el mar y disfrutando de toda aquella belleza, ellos tomaban fotos del lugar y le preguntaron a Alejandro si quería posar para algunas fotos que claro le pagarían, el me miro como preguntándome y le dije que si el quería a mi no me molestaba, así que el poso desnudo en unas cuantas fotos después yo me le uní y ambos hicimos una sesión de foto no tan porno aunque si un poco subida de tono, en fin estaban muy bien las fotos, terminamos en el mar los dos haciendo el amor.
Mis amigos ya comenzaban a aburrirse y decidieron que mejor nos iríamos, así que recogimos las cosas y nos fuimos.
Nos llegamos al hotel Tuxpan que tenia una magnifica piscina, almorzamos y pasamos toda la tarde allí era muy agradable, hicimos algunas compras  en un centro comercial que recién habían abierto muy cerca de allí y nos propusimos regresar en la noche a una discoteca que anunciaban allí como la mejor de varadero.
De regreso dejamos a Alejandro en su casa y le prometí que lo recogería en la noche en el cabaret.
Regresamos en la noche muy elegantones con alguna de las cosas que habíamos comprado esa tarde en la boutique de ese mismo centro comercial.
Al llegar habían algunos chicos como en la noche anterior, para que los pasaran, pero notaba mucha mas elegancia en el vestir de ellos, sus maneras refinadas y la gran cantidad de turistas que allí se encontraban denotaba que todo era de mucha más clase. Seleccionaron dos, los que con maneras muy corteses nos acompañaron, no sin mirar incrédulamente hacia mi? Porque entraba yo solo?, Tiempo después se dieron cuenta cuando me vieron llegar con Alejandro, el que al saber adonde nos dirigíamos no transo hasta que no lo hube llevado a su casa y cambiado sus ropas desenfadadas por otras un poco mas elegantes.
Tras sentarnos junto a nuestros amigos, aquí si eran necesarias las presentaciones, tomamos lo que nos sirvieron, el lugar era magnifico, los haces de luz dejaban ver un derroche de tecnología y buen gusto, el neón señoreaba en aquel recinto, aquí no era el relajo de los anteriores lugares, todo era con mucho orden y clase, las estructuras honradas y bellas nos miraban con un guiño de malicia.
Me fascinaba el lugar, mis amigos bailaban con unas chicas que habían allí, y nosotros también, después de la leve embriagues de la exquisita bebida añejada que acariciaba nuestro paladar, me fui dándome cuenta de las insistentes miradas de Alejandro hacia un determinado lugar a juzgar por mis propias impresiones, comencé a ponerme al acecho de lo que ya sospechaba, aquello era un magnifico caldo de cultivo para todo aquel que deseara una conquista que pudiera producir jugosos dividendos, Alejandro para mi sorpresa pidió ir al baño, cosa desacostumbrada en el.
Lo converse con mis amigos, los que me indicaron no prestarle mayor atención, aseguraban eran suposiciones mías, el tiempo pasaba y al no regresar fui en su busca; conversaba alegremente con un “señor turista”, evidentemente europeo y con una juventud olvidada ya totalmente; lo suponía, torció el cuello y me vio, atreves de los colores que destellaba todo aquel neón lo vi palidecer, con una sonrisa casi grotesca, se me hacia de pronto repelente a pesar de su rostro y su figura y con un adulador respeto me hizo una seña con la mano que esperara.
Fui hacia mi asiento ya casi sin poder sostenerme en pie, me contuve todo lo que pude, no quería estropear la velada debía tomarlo como una circunstancia totalmente trivial que no debía excitar mis cansados nervios, pro reavivaban mi sensación de inquietud y desasosiego, mis amigos quizás habían notado algo pues se acerco y me inquirió.
-Que te pasa, estas pálido-
Me siento terriblemente mal, Alejandro esta con un turista.
Nacho enmudeció y anuncio que nos iríamos inmediatamente, le dije que no era necesario que no quería estropear la noche a lo que no entendió de mis endebles argumentos, nos dirigimos hacia la puerta y al pasar junto a el me dijo.
-se van ya?(yo no le pude contestar), y el siguió diciendo con su hirsuto rostro.
-mañana voy por allá- no le contestamos le di la espalda y salimos del lugar.
Llegamos al hotel y fuimos todos a nuestra habitación, ellos me querían consolar, pero yo no deseaba saber nada de eso, solo les pedí que al día siguiente, deseaba irme lo antes posible, prefería no encontrarme con el, asintieron y tras haberme tomado algunas pastillas para dormir y asegurándome que todo estaba bien, les hice prometerme que si algo me sentía los llamaría de inmediato.
No quería pensar en eso, sabia que mas tarde o mas temprano pasaría, era inevitable, de no haberlo echo el, quizás en otro momento lo hubiera echo yo, además que la distancia que nos separaría seria inmensa, mantener una relación de ese tipo y bajo esas circunstancias hubiera sido una locura, pero tampoco podía minimizar sus acciones, había sido humillante haberme dejado plantado allí, de esa manera, con un total desenfado y con una ironía tal que rozaba la vulgaridad, me había dejado del modo mas escueto, primitivo y lacerante posible, en estas divagaciones los somníferos hicieron su labor  y quede profundamente dormido.
Me despertó el teléfono, conteste era Alejandro que quería verme, le dije que por favor no me llamara mas y colgué el teléfono, a los pocos minutos volvió a llamar le escuche la voz y colgué, llame a la recepción y dije que por favor no me pasaran llamadas.
Me levante, me bañe y comencé a arreglar algunas cosas, al poco rato tocaron a la puerta, eran mis amigas que venia a hacer las valijas para partir a la habana, les dije que lo había pensado mejor y que si querían quedarse un día mas no había problema, que no lo hicieran por mi, que yo sabría como tratar esa situación, no entendieron de razones e igual me dijeron que querían irse, en realidad a pesar de la belleza de varadero no eran las cosas como en la villa y ellos preferían igual irse, así que terminamos de recoger las cosas, llamamos que vinieran a buscar el equipaje, (aparte unas cosas en una bolsa) bajamos a  desayunar y pasamos a la carpeta a saldar las cuentas y salimos; pasamos por casa de Alejandro y le deje la jaba que había preparado con una nota de gracias por el tiempo que me había dedicado.
Me monte en el carro y enfilamos hacia la habana, llegamos a la villa cerca de las once de la mañana, saludamos a todos los que nos recibían con sus agradables sonrisas, tomamos el mismo departamento que habíamos tenido, las camareras nos recibieron con insinuante hospitalidad, nos instalamos y tras ducharnos y cambiarnos de ropa nos fuimos a la habana a almorzar, habíamos evitado hablar de lo que me había ocurrido, lo que yo había agradecido, aportando el olvido que necesita mi mente.
Nos fuimos para la Marina Heminguey, donde pasamos un día bastante agradable, no queríamos pensar en la partida de ellos al día siguiente, preferíamos ignorar ese momento. Nos fuimos también a la habana vieja donde querían comprar algunas artesanías, por lo que fuimos al palacio de la artesanía, sabia que ahí era donde menos chocaríamos con las miserias de la habana, y la constancia de los niños pidiendo monedas, tras terminar todas las compras y llevarlos a casa de un amigo para que compraran unos tabacos regresamos a la villa.
Comenzamos a preparar las valijas, habíamos comprado una buena cantidad de artesanías, libros de la revolución y cuanto video sobre la revolución, discurso de Fidel y hasta todo lo que se había filmado del Che; sacaron toda la ropa que pudieron, en una maleta me pusieron casi toda, los perfumes, (advertí que era excesivo que podía sembrar sospechas), asintieron y volvimos a ponerlas camuflados algunas ropas y algunas cremas que a mi no me interesaban particularmente, unimos artesanías con algunos rollos de fotografías, quitamos las cintas de video las caratulas con la cara de Fidel y ahí pusimos las que ellos habían filmado con la realidad de cuba, también dejamos algunas verdaderas, me dejaron los videos porno y las revistas que sabia era oro molido para venderlo a algunos amigos, así quedo de lo mas turístico que se podía, no queríamos ni pensar lo que hubiera podido pasar de haberlos descubiertos y yo ni pensarlo, me hubieran tirado a una celda encerrado y hubieran botado la llave, transportamos lo que me habían dejado a mi casa , junto a una muy buena cámara fotográfica y un reproductor de video que me habían dejado, me dejaban casi todas sus pertenencias, querían dejarse algo para los chicos que pudieran ligar esa noche pero tras analizarlo y las experiencias de varadero no quisimos arriesgarnos, salimos de mi casa y llegamos a la villa, me quede en el departamento y ellos fueron a entregar el auto, debían de salir bien temprano en la mañana y yo no quería hacerme cargo de esos menesteres que me podían complicar, regresaron después de haber entregado el auto. Ellos no querían que yo fuera con ellos al aeropuerto, pues era demasiado riesgoso. Me negaba rotundamente a no conocer su suerte , aquí todo lo tomamos a la tremenda y con este terror que vivimos permanentemente es imposible la serenidad y acordamos que yo iría delante en otro auto y me comportaría en el aeropuerto como si no los conociera, y acordamos que si algo acontecía debía llamar a un teléfono que ellos me habían dado en Méjico, (contaba con dinero suficiente para ello), me llamarían en cuanto llegaran a sus casas, después de haber salido el vuelo, debería esperar varias horas en mi casa, un máximo de seis horas para entonces yo llamar a Méjico y dar la alerta, esto había quedado bien aclarado y no había de ser repetido.
Nos fuimos a cenar en la noche a una paladar allí mismo en la villa, pues el restaurante de la villa no lo soportábamos, de ahí nos fuimos a nuestro departamento.
Tratamos de conversar pero no había tema que pudiéramos mantener, nos tomamos unas pastillas para dormir y nos acostamos, a las 6 de la mañana nos sonó el teléfono, era de la carpeta del hotel que nos despertaban. Nos duchamos y salimos  desayunar, no podíamos ingerir nada, la comida se negaba a pasar por nuestras gargantas, nos tomamos unos vasos de leche y nos fuimos, no querían despedidas , yo tampoco, sabíamos que nos dolería mucho, me dieron un sobre con una carta y me especificaron que no la leyera hasta que ellos se hubieran ido, salían  a cancelar el departamento y yo para no salir junto con ellos como habíamos acordado debía irme ya. Nos bendecimos mutuamente, nos abrasamos y nos besamos y sin decir palabras salí del departamento y fui en busca de un auto de alquiler particular que son mucho más baratos.
Tome uno que me llevo directamente al aeropuerto, entre y me senté en la parte de los vuelos internacionales como si esperar a alguien, al poco rato llegaron ellos con sus equipajes, me pasaron por delante sin mirarme, confirmaron sus boletos y entregaron su equipaje para ser chequeado, el corazón me latía desordenadamente, fumaba un cigarro tras otro, los vi subir a la parte de arriba por donde se embarcan directamente, al poco rato subí yo.
Al verme llegar se levantaron de sus asientos y fueron adonde chequeaban y tras pasar airosos la aduana, se sentaron a esperar el pase a abordar, el tiempo se hacia desesperadamente lento, por fin llamaron para subir al avión , los vi conducirse hasta la salida, me asome al cristal y los vi mirar una ultima vez a mi, sus ojos estaban cuajados de lagrimas, el avión despego y yo baje las escaleras, Salí por la puerta principal  y tome un auto particular que me llevaría a mi casa, por el viaje intentaba no llorar, pero las lagrimas eran rebeldes y salían aun sin mi autorización, las que yo secaba constantemente.
Llegue a mi casa y fui directamente a mi cuarto, saque la carta que me habían dejado, hablaba de todo cuanto me querían, de lo que había significado para ellos el haberme conocido y cuanto le rogaban a dios por mi, me dejaban 250 dólares ( no les quedaban mas) y me invitaban a esperar, ellos pronto me sacarían de cuba.
Mi madre detrás de mi inquiría constantemente, ¿Qué me había pasado?, en otras oportunidades yo no me había comportado así, pero no le dije nada, sentía su partida como si me arrancaran algo, como había sentido la partida de Gustavo, como sentía la traición de Alejandro, como sentía mi penosa y miserable existencia.
Pase toda la mañana tomando pastillas para los nervios, aun faltaba la llegada de ellos a México, además que aun todo podía suceder, mi cabeza era todo un huracán de malos pensamientos que tragaba en seco, a las 2 de la tarde me llamaron por teléfono; mis amigos ya estaban en México.

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