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miércoles, 16 de febrero de 2011

Los españolitos (parte 3)



...y unas palabras escritas en un papel“VETE”; que se creía el que me podía comprar con su dinero, para mi esos 100 dólares significaban demasiado pero no lo suficiente como para dejarme pisotear, así que fui hasta su cuarto y de los deje entre sus cosas con otro papel que decía “gracias pero de ti no los necesito. Alex.”
Salí de allí con la mochila al hombro y evitando encontrarme con nadie que me hiciera preguntas, camine por la carretera en busca de un auto de alquiler o una guagua , le sacaba el brazo a cuanto vehículo pasaba y después de haber rebasado el Mégano , me paro un auto de habanautos, los que le rentan a los turistas, por unos precios exorbitantes, tras los cristales ahumados no podía ver quienes tenían la amabilidad de pararme, se bajo uno de los vidrios y para mi sorpresa saco la cabeza uno de los mejicanos que había conocido la noche anterior. Hice un acopio de todas mis posibilidades histriónicas y con una sonrisa de esas que anuncian Colgate en casi todas las televisoras del mundo , menos las de aquí, acerque mi cabeza.
-como le va, vas para la ciudad?
Si le conteste sin todavía saber como iba a justificar mi duro andar.
Ok, sube te llevamos.- me dijo sonriente.
Con disimulo mire dentro del carro para ver si alguno de los chicos cubanos de antes viajaban ahí y para mi satisfacción no había ninguno.
Me subí al auto, y conversábamos sobre las frivolidades que se hablan en estos casos incluida la belleza de los jóvenes cubanos y de sus intensiones por frecuentar lugares gays, les comente que en estos momentos y desde hacia ya algún tiempo los grupos de homosexuales se habían disgregado mucho, tiempos atrás era fácil saber donde se ubicaban en lugares como Coopelia, la Casita del Te, en la calle g, el Parque Maceo (que si entera que su parque iba a servir para reunirse los maricones el mismo se mata con el machete), la Fuente de la Juventud frente al Hotel Riviera frente a otros, pero en estos momentos se mantenía el pino caído, ubicado en las playas y me dijeron que esa ya lo conocían, y lo habían frecuentado, que por la represión policial no había quedado de otra que los que no estaban presos se habían recluido en sus casas, al preguntarme porque sabia tanto de las cosas de aquí tuve que explicarles la realidad, dentro de lo que cabía.
Quedaron muy complacidos con mis conocimientos y me propusieron que les sirviera de una especie de guía, ya que por supuesto yo sabia mejor que ellos como introducirme en ciertos medios y como atraer a los chicos ya esta vez para el propósito de todos.
Nos llegamos a mi casa pues yo necesitaba renovar mi ajuar y dar señales de donde me encontraba, se encantaron con la “decoración” de mi casa y tomamos café,(lo único que los cubanos podemos brindar en nuestras casas y gracias porque a veces viene a la bodega).
Una vez recogidas las cosas y sentados tomándonos el café les explique que lo primero que debían de hacer era cambiarse de hotel a uno que fuera menos estricto en su seguridad y nos permitiera realizar nuestros movimientos, sin necesidad de estar sobornando a los custodios a cada paso y sugerí para ellos la Villa Panamericana que además de estar cerca de la Habana, debido a su estilo de construcción y al haber cubanos que vivían en algunos edificios allí era mas fácil el movimiento, esa villa había servido de dormitorio a los deportistas que vinieron a los Juegos Panamericanos que se celebraron en cuba y que el pueblo cubano había pagado dejando de comer unas cuantas semanas. Ellos asintieron de buena gana y nos dispusimos a realizar lo acordado.
Llegamos a la Villa y se registraron e la carpeta, a mi me dieron tarjeta también, lo que me permitía entrar y salir del hotel; por suerte nuestro edifico quedaba en el ala izquierda del edifico principal y era el ultimo de esa calle lo que nos proporcionaba una magnifica discreción, el departamento estaba situado en la primera planta de la instalación, su distribución estaba conformada por una sala comedor bastante pequeña en proporción con lo que se estimaba, ambientada con abundantes cortinas que a nosotros nos venían muy bien, no tenían nada que ver con el diseño del mobiliario y muchísimo menos que ver con las reproducciones de fruteros y enrejados de Amelia Peláez que colgaban de las paredes, por supuesto había teléfono algo indispensable para mi, las habitaciones no tenían nada de particular en su diseño y distribución en comparación con todas las demás habitaciones de los hoteles de este país, contaba de cuatro habitaciones, por lo que quedo nuevamente una para mi, tome la ultima del pasillo donde estaban a ambos lados, previendo quizás lo que podría suceder, una vez instalados decidieron ir a almorzar, eran cerca de las cinco de la tarde y desde la mañana no habíamos probado bocado alguno.
Nos fuimos directamente a la bodeguita del medio, ya que ellos habían llegado hacia solo dos días y no habían podido ir, llegamos al centro concurrido por todo turista que se respete; la foto en la bodeguita y en el capitolio con los fotógrafos ambulantes cuyas cámaras eran de cuando los hermanos Lumiere; eran mas importantes que los visados que como no se los ponían en los pasaportes (el gobierno lo había echo así para que los turistas no se sintieran intimidados en después ir a estados unidos y tener un cuño de migración cubana y les fueran a joder la entrada en usa); era la única prueba que les quedaban de haber estado en esta isla.
Tras el delicioso reducido pero costosísimo almuerzo en la bodeguita enfilamos hacia el vedado, sentándonos en el muro del malecón frente al hotel Riviera, a los pocos minutos comenzaron a pasar jóvenes ofertándonos todo tipos de productos, cajas de tabacos, comestibles de todo tipo, botellas de ron de la que si compramos una al módico precio de 3 dólares, hasta un moreno nos ofrecía una mulata para que nos acostáramos con ella y si no nos gustaba no teníamos que pagarla, que seguro estaba de su mercancía?,(hasta proxenetas en la habana), y yo que pensaba saberlo todo, cuantas sorpresas mas me tendría deparada mi insigne “Giraldilla”?.
Nacho uno de mis actuales amigos entro al hotel a comprar unas coca colas para mezclar con el ron, se nos empezaban a acercar muchachas y con el mayor desenfado les dijimos que no nos interesaban chicas sino chicos, ellas muy sonrientes se fueron. Rato después aparecieron dos chicos y comenzaron a conversar con nosotros, no eran especialmente bellos, si muy agradables. Los invitamos a que fueran con nosotros, a la tasca de 1830, un Restaurante ubicado en la punta del malecón habanero donde yo sabia cuantas bellezas se reunían allí para jinetear, esta me la tenia guardada bajo la manga.
Llegamos al mil ocho, nos bajamos de nuestro (que manía tenemos los cubanos de pluralizarlo todo, eso también se lo debemos al gobierno que siempre habla en nombre del pueblo, que pueblo si a mi nadie me a preguntado nada); que brillaba mas que un reflector después que frente al Riviera un señor lo había limpiado sin saber aun si le pagarían;(por supuesto se le pago), le dieron 3 dólares al parecer había sido mucho pues al pobre hombre poco le falta para cargarnos y nos depositara dulcemente dentro del auto; a la entrada de la tasca nos encontramos buena cantidad de jóvenes de ambos sexos, todos deseosos que algún extranjero los entrara a la instalación, pagaron los cinco dólares de la entrada por cada uno y nos sentaron en una mesa próximas a la pista, el lugar es realmente hermoso, al pie del mar una construcción toda de rocas con jardines interiores , puentes y glorietas metidos ya dentro del agua un lugar idílico y realmente bello, estaban maravillados con el lugar pero lo que realmente los tenia maravillados fue con la colección de chicos cuya belleza dejaba pálida a la hermosa arquitectura. Al instante se dieron cuenta que los que habían traído del malecón eran insignificantes con todo aquel derroche de hermosura y me dijeron como hacían para despedirlos, yo aproveche la ocasión y habiéndome propuesto que mientras de mi dependiera ,mis compatriotas no saldrían tan mal parados, (ellos querían decirle simplemente adiós); y le jugué una pequeña trampa y les hice creer que casi todos se conocían y si hacían eso sembrarían un mal precedente sobre ellos, lo que quizás los limitaría para poder relacionarse, con lo que quedaron convencidos y les dieron diez dólares cada uno para que tomaran cervezas.
A los pocos minutos de haberse marchado nuestros acompañantes empezaron a acercarse alguno chicos del lugar, nosotros tomábamos cerveza y fumábamos cigarrillos importados , como si fuéramos cuatro chimeneas en celo, comenzaron las miradas y las sonrisas , yo los invite a que sentaran con nosotros con la desfachatez que indica que ya no tienes nada que perder y con esa misma desfachatez les pregunte que cuanto cobraban, uno de ellos era alto de pelo muy negro y ojos enormes con una figura deslumbrante , el otro un pelo excesivamente largo y rubio y habían otros mas que no me puse a detallar, en realidad todos eran muy bonitos, “mis amigas mejicanas” me felicitaban a cada momento por el buen tino que había tenido en mostrarles este paraíso de belleza masculinas, aumentando así la expectativa de los posibles lugares que les podría mostrar, es increíble el poder que tienen los dólares, algunos de esos chicos evidentemente no eran homosexuales, sus maneras y luego supe sus conductas así lo demostraron. Ellos solo se acostaban con extranjeros, como si eso no fuera ser homosexuales también, además para sus familias y para sus amigos eso era la maravilla del siglo, tener un novio extranjero, ahí no existían prejuicios.
Tiempo después de ver el show y tras haber tomado buena cantidad de cervezas, (yo no porque me tocaría seguro conducir), y consumido toneladas de cigarrillos, ya que fumábamos nosotros ellos y los amigos de ellos en fin casi toda la discoteca fumaba de los cigarros que los mejicanos habían comprado y tras haberles dado nuestras señas a cuanto chico les pareció interesante me estimularon a que eligiera uno para mi, yo como conozco mis propias limitaciones y no tener dólares con que sufragar semejantes gastos decline la oferta, a lo que contestaron que a partir de ese momento ellas serian mis hadas madrinas y todos mis gastos corrían por sus cuentas, (que escogiera si quería dos daba igual si costaban a 20 dólares salían muy baratos según ellos, que eso si tratara de conseguirles algunas copias de lo baucher que pagaban en algunos lugares que después ellos los cobrarían, tarea que desde ese momento me correspondía, llevar la contabilidad y guardar los recibos de lo que se pagaba en efectivo y de las tarjetas. Por supuesto acepte de inmediato y nos fuimos a bailar, en cuba estaba prohibido bailar hombre con hombre, pero en ese lugar todo era sencillamente tolerable, quizás por eso tenia tanto auge, baile con mis amigos y sus chicos uno de los cuales no dejaba de mirarme a cada momento y yo dándome cuenta, evite por todos los medios posibles interrupciones lo que tiempo después me percate que no era mas que un perjuicio de “país subdesarrollado”, en aquel departamento se intercambiaban las parejas ; se acostaban tres y cuatro con una tranquilidad pasmosa, era casi lo mismo que en casa de Ricardo, pero sin malos tratos, ni faltas de respeto, ni humillaciones.
Fui a la barra a buscar mas cervezas, pues a esa hora tal el relajo que ya lo camareros no se molestaban en ir a las mesas y teníamos que ir directamente a comprar lo que deseáramos, con el mareo que ocasiona el alcohol estaba en la barra me sirvieran lo que había pedido y se me acerco un joven al que no le preste particular atención, en realidad no lo había visto siquiera, me pidió que le comprara una cerveza, lo que no me asombro y tras dársela y llevar mis manos ocupadas me cogió con la mano la cara y a la vista de todos me dio un suculento beso en la boca al que yo me quede mas anonadado que el resto de los expertadores, al ver mi cara de sorpresa me dijo:- que no te gusto- sonriendo provocativamente;  bueno si pero me tomo por sorpresa no te había autorizado a eso.
-        Es que no tenia otra forma de pagarte-, y tan poco valen tus besos le conteste y me le reí en la cara, además no te pedí que lo pagaras.
-        Se que no me lo pediste pero yo tenia ganas de hacerlo desde hace rato y no veía la forma, estabas acompañado a cada momento y era imposible acercarme a ti, es que no fui agraciado en recibir lo que dabas a otros chicos, (no se a que se refería).
Bueno a esas alturas ya no creo que fuera rubor solo el alcohol y la calentura del beso; realmente no te había visto pero no me arrepiento porque me dio la posibilidad de conocerte, conteste haciendo un gesto con la cabeza que me siguiera, llegue donde estaban les entregue las latas y les dije que se dispusieran a terminar que ya era hora de irse, me miraron sonrientes al verme acompañado del muchacho, nos fuimos caminando hasta donde estaba una glorieta y había un banco allí labrado sobre la misma roca, cerca de un despeñadero que daba directamente el romper de las olas.
En la oscuridad pude distinguir a duras penas su cara, era muy lindo tendría unos veinte y tantos años, quizás un poco mayor que yo, un poco mas bajo que yo de estatura, una agradable figura que recorrí con mis manos, aunque no era despampanante como los acompañantes de mis amigas, su forma era evidentemente gay y eso me gusto mas, no se quería hacer el súper macho ni nada parecido que esas poses las detestaba, hablaba mi igual lenguaje cosa que me agrado mucho pues aunque no fuera un monumento de hombre (aunque no le faltaba mucho para serlo), prefiero los gays sin prejuicios y con los que pueda conversar (aunque un error mío, yo estaba allí para disfrutar no para enamorarme de nadie, pues todos los que estaba allí se suponía que andaban tras los extranjeritos); conversamos muy poco porque casi todo fue besos y carisias subidas de tono.
Regresamos adonde mis amigos y les dije que nos íbamos asintieron y le pregunte si quería irse conmigo y me contesto que por supuesto, nos reunimos todos afuera y hasta ese momento no me había percatado de la hora , eran las cuatro de la mañana, fuimos hasta el carro y me di cuenta que éramos demasiados, evidentemente alguna de mis amiga se habían excedido algo y alguna llevaba mas de uno, no tuve mas que encogerme de hombros, no podía objetar nada eran muchos y temí por la seguridad de mis amigos, se que los “pepillos” cuando se juntan les da por robar en el mejor de los casos. Eso significaba que yo prácticamente tendría que cuidar aquel relajo, pues si algo pasaba al menos poder pedir ayuda.
Pedimos un taxi y así nos fuimos en los dos carros, yo que tenia la mente mas despejada me puse al volante a mi lado se  sentó mi recién estrenado novio, lo tres mejicanos y uno de los chicos detrás y en el otro taxi iba el resto.
Atrás yo veía un amasijo de cuerpos en fin parece que se habían adelantado un poco al cuarto, mi acompañante empezó a tocarme y le dije que parara porque no me podía distraer, no me podía exponer a que nos parara la policía.
Finalmente y gracias a dios llegamos a la villa, por suerte no había nadie por todos los alrededores, le pague al taxista y le di una buena propina, por su silencio ( a veces ellos son los que avisan a la policía o ellos mismos son segurosos, aquí nunca se sabe), sin ningún tropiezo llegamos al departamento, se sacaron mas cervezas y algunos chips para comer algo, tras compartir un ratico les dije que chao y agarre al novio de la mano y nos metimos al cuarto, no sin antes haber conversado con nacho y decirle que tuvieran cuidado con los chicos y que cualquier cosa me yo estaría atento.
Evidentemente no había sucedido nada porque me desperté después de las nueve y tras dejar a Iván durmiendo , Salí a la sala del departamento y solo pude ver el reguero de latas y colillas de cigarro y tenia un fuerte dolor de cabeza (lógico después de la juerga pasada) entre nuevamente a mi cuarto y con mucho cuidado saque la bolsa de mis pastillas, Salí abrí el refrigerador saque una coca cola y me senté en la sala a pensar, que era todo aquello, significaba lo mismo que en casa de Rodrigo, nada era diferente , solo que esto a mi me atraía mas, por naturaleza no éramos déspotas con los chicos y posiblemente serian mejor pagados o al menos pagados, aunque hasta ese momento se había hablado muy poco de dinero, en cualquier país del mundo( en el mismo México), cuando se acerca aun chico de la calle automáticamente te dicen el precio ahí puedes llegar a un arreglo y generalmente se paga antes, el amor pagado a existido desde siempre, y la pornografia estaba en auge asi que cuanto no podrían cobrar eso jóvenes con sus magníficos cuerpos por una sesión de fotos que aquí harían quizás por casi nada, no se porque siempre me entretengo en reflexionar sobre estas cosas, otro en mi lugar estaría pellizcándose a cada momento y tratando de sacarle el mayor provecho a este jugar al capitalismo.
Estuve seguramente un buen rato allí, se abrió una de las puertas de las habitaciones y salió nacho se sentó junto a mi y me dijo que la había pasado de maravilla, en eso llego Lalo y al vernos juntos se asombro ¡ Ayyy!  que feas estamos parecemos tres putas viejas matadas a escobazos (nos echamos a reír), realmente estábamos de espanto con todas las caras hinchadas, el pelo revuelto y unas ojeras que nos llegaban al culo. Rápidamente Lalo dijo niñas tenemos que arreglarnos antes que se levanten nuestros galanes o se echaran a correr y salieron a buscar en sus equipajes cuanta crema, ungüento y compresas habían traído, lo que ellas no sabían era que nuestros galanes no se irían ni aunque nos convirtiéramos en ranas.
Tras arreglarnos un poco les pregunte que querían hacer quedarse con esos y seguir el día
o despacharlos y dedicarse a otra cosa, decidieron lo segundo pero primero les daríamos de comer, después de lo bien que se habían portado lo que me dio mucha gracia.
Tras arréglanos y quedar un poco mejorados (realmente las cremas no hacen milagros) pregunte si íbamos a salir a desayunar, pues aquellos niños cuando se levantaran nos comerían a nosotros mismos si no encontraban nada, a lo que nacho quedo fascinado con la idea, ellos se negaba a salir a la calle entonces yo me ofrecí para ir al grosery en busca de avituallamiento, en nuestro refrigerador solo había coca colas y cervezas, a la sazón me dieron 200 dólares para hacer nuestras compras, entre a mi cuarto y ya Iván estaba despierto le explique adonde iba y me pregunto que si me podía acompañar y le dije que si y mientras yo me bestia y Salí a ver a mis amigas para esperarlo no quería mucho romanticismo porque sabia a lo que exponía, al saber los mejicanos que el iba conmigo entraron rápidamente al cuarto, me echaron en una jaba unos calzoncillos, desodorante, una camisa, un reloj, nacho me dijo que se lo diera y evidentemente aquello constituía el pago por una noche de placer, a mi se me caía la cara de vergüenza pero no tuve mas remedio, el se puso la camisa nueva y se fue conmigo.
Compre todo lo que se me ocurrió y por supuesto lo que yo deseaba comer, llevaba leche, leche con chocolate, café instantáneo, jamón, queso mantequilla, galletas y varias barras de chocolate, en fin me sobraron casi 50 dólares le di 28 dólares , el no los quería aceptar, pero yo sabia lo que significaba eso y ellos tenían mucho mas, le eche algunas cosas de comer en su jaba.
Llegamos al departamento cargados con toda aquella cantidad de bolsas llenas de alimentos enlatados e importados ya estaban allí sonrientes los cinco chico de mis amigos, no tuve mas remedio que sofocar una carcajada cuando los vi a todos con las flamantes  camisas que les habían regalado, parecían una orquesta de salsa.
Lo deposite todo en la mesa y con unos cubiertos que habian en la cocina, preparamos una especie de emparedados, todo se engullo a una velocidad pasmosa, lo reafirmaba una vez mas mi teoría de que estaban muertos de hambre. Tras comernos todo aquello y meterme junto a Iván a la cocina para botar tanto embase de plástico y guardar lo poco que quedaba para guardar, fregamos lo poco que se uso, y, nos demoramos todo lo que pudimos para darle para darle chance a los mejicanos que hablaron con los chicos , si es que había algo que hablar, los mejicanos les explicaba que debían irse porque esperaban unas familias que venían a recoger unos encargos y que por favor se fueran no sin antes dejarles sus teléfonos para llamarlos mas adelante, entiéndase esto iba también con el mío, al que yo le dije que lo llamaría y tratara de contactar con algunos amigos suyos para que regresara.
Los chicos con su hablar gutural y si argot pintoresco que denotaba que todo lo que brilla no es oro, se fueron alegremente, yo me quede un rato mas conversando con Iván en los bancos que estaban frente al apartamento esperando que ellos se perdieran de vista; finalmente nos despedimos y tras cerrar la puerta quede a solas con “mis amigos”.
Me comentaron que habían tomado algunas foto, que también traían algunos videos porno, para estimular a los chicos y revistas tantos gays como heterosexuales, venían los videos dentro de las colecciones completas de Walt Disney (ya que aquí como casi todo esta prohibido y te pueden meter a la carcel por tenerlos),( menudos muñequitos venían dentro), venían “equipadas”, con todo desde Méjico les habían explicado que con darles solo algunos artículos, los chicos quedaban complacidos, por lo que habían comprado buena cantidad de camisas de las que aquí llamaban “bacterias”, como aquellas con las que habían pagado a los chicos, también camisetas, playeras, calzoncillos, medias, shorts, relojes y demás cosas; me llevaron junto con ellos al cuarto de Angelito donde estaban las valijas repletas de todas estas cosas y me dijeron que tomara todo lo que me gustara, les pregunte si eso era para como los otros chicos pagarme mis pequeños esfuerzos? Me contestaron que de ninguna manera, que ellos me consideraban su amigo y que los perdonara que lo habían echo sin animo de ofender; que querían que siguiera con ellos el tiempo que yo deseara, preferiblemente toda su estancia, asentí con la cabeza y tras tomar algunas cosas, que aunque no eran de mucha factura si me servían como todo lo que viene de “afuera”, me dieron bastante ropas de ellos la que mayoría me servía (comenzó un fashion show); ellos sacando de las maletas y yo probándome y tirando para un maletín que me habían dado.
Nuestros días transcurrían en esa vorágine tan alucinante de sexo y excesos; los lleve como todo buen guía al pino caído, donde se encontraban hermosos chicos tomando el sol a veces sin trusa.
A veces se les dificultaba bastante sus trabajos “periodísticos”, debido primeramente a la interrupción de curiosos y otra porque no todos los que estaba en la playa se dejaban fotografiar y había que salir de allí rápidamente pata evitar encontronazos con la policía; en el apartamento había que cuidarse mucho sobre todo de las camareras, con las que manteníamos cordiales relaciones debido a los constantes regalos que les hacíamos, al igual que a los custodios los que ya enmudecían casi por encanto, al vernos pasar o decir a algún chico que venia para nuestros aposentos(también una de mis amigas se acostó con uno de los custodios, ese creo que fue el que mejor salió de todos); nos habíamos convertido en una especie de “hadas madrinas” para el personal de la villa, sus disimulados pedidos eran anotados por mi y después comprados en las tiendas y obsequiados a “los destacados trabajadores”; también nos traían apuntado en un papel...(continuara)

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