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sábado, 11 de diciembre de 2010

tras tu partida (parte final)

Se acerco con la mano extendida y tras un fuerte apretón de manos:
Usted dirá señor en que puedo ayudarlo? como conozco mis propias limitaciones, deje a un lado el acento extranjero que me había llevado hasta allí y solo conserve las maneras refinadas.
-Mire doctor yo vengo de parte de su amiga la doctora Margarita para que ud valore mi caso- argumente.
-Explíqueme en detalles que le sucede- me contesto.
Pase a relatarle que hacia como seis meses que venia presentando un marcado reforzamiento en los pulmones, que había sido atendido con anterioridad y tras varios tratamientos continuaba con mi padecimiento.
Me hizo pasar a un pequeño aposento que sobreentendí su privado, un espacio muy reducido donde había bastante desorden, papeles regados por doquier, dos sillas pequeñas, un buro donde descansaba una computadora NEC ( ese articulo marcaba ya definitivamente su poder), para un medico en este país poder contar para su uso personal uno de estos; me os culto muy bien y tras su examen físico, determino hacerme análisis de todo tipo, resultaba penoso para el tener que rasgar papel para por el reverso indicar mis exámenes, (es lógico con las escases de todo que hay), tras haber llenado los formularios realizados por el mismo, llamo al jefe de enfermeros y al este llegar fui presentado formalmente.
-Luis este señor es amigo de la doctora margarita- dijo el medico.
-mucho gusto, señor.
-es un placer- le conteste yo.
-Luis por favor. ¿Tenemos ahí algún antibiótico fuerte de verdad?-
El enfermero se quedo pensativo, como registrando en su mente y con una mirad incrédula hacia mi, a la cual el medico le contesto con un movimiento de cabeza que yo podía ser de confianza, este contesto.
-si doctor yo tengo ahí guardado dos frascos de …..( un medicamento que no recuerdo su nombre y que era fabricado en usa lo que evidentemente era sencillamente que había llegado de ayuda humanitaria y después se vendían en la tienda de dólares del mismo hospital, evidentemente estos se los había quedado el para sus “casitos”)
-bueno vamos a guardarlo para el, pues presumo una fuerte infección en las vías respiratorias.
-perfecto doctor se lo daré en cuanto salgamos-
- Luis le indicado algunos exámenes en caso que surja algún problema para que por favor tu lo ayudes- le dijo el medico enfermero dejándole entre ver a que tipo de contratiempo se refería.
En muy difícil en estos años noventas que corren y que esta escases que hay en el aire que todo se realice rápidamente (al igual que con las escases de medicamentos) en la salud igual que en todos los demás sectores siempre las personas con acceso a algún medio o a algún articulo se reservan para si y sus amistades las posibilidades de guardar estos productos y canales de vías rápidas para solucionar sus casos particulares, lo que arma una telaraña de favores brindados y favores debidos que la hacen inquebrantables.
Después de haberme entregado sus “modelos” y darme algunas indicaciones me despidió con un apretón de manos y una confirmación para cuando estuvieran los exámenes lo viera.
Al hacerme pasar por extranjero, me vi pasar delante de enormes colas para hacerme un análisis sin necesidad de esperar ,de transgredir los enormes letreros de NO SE ESTAN HACIENDO ANALICIS EL EQUIPO ESTA ROTO, y ver no sin vergüenza que para los amigos de los médicos y los extranjeros si funcionaban y delante de mi vista como las enfermeras sudorosas se obstinaban en darle ventilación con un trozo de cartón a un aire acondicionado que estaba destinado a romperse, (en un edifico que estaba enclavado en lo que había sido la casa de beneficencia de la habana, donde se contaban historias tremebundas de las monjas y de los niños que las madres dejaban en la orfandad, después que el gobierno revolucionario lo cerro habían intentado hacer un banco ahí y esas serian las parte de las bóvedas todo diseñado cerrado herméticamente para ser usado con sistemas de aires acondicionado y no para la cantidad de publico que se agolpaba en sus pasillos) pues no había agua y todos se romperían inevitablemente y con ellos los equipos médicos que necesitaban estar climatizados, toda esta inversión para nada, para que los soviéticos que siempre quisieron llamarse rusos y que ahora al fin lo conseguían y retiraban de un plumazo de gorbachov, la teta que le regalaba a cuba para que chupara interminablemente.
Hasta donde será la intolerancia y los deseos de mantener la imagen de un sistema de salud que ya venia viéndose destruir.
Por otra parte y no muy lejos de allí en la planta principal del edificio se encuentra el idílico lugar donde atienden a los extranjeros, siempre con aire acondicionado, chicas con medias y tacones, (algo insólito en nuestra realidad), hermosas plantas que parecían recién sacadas de un invernadero; ¿Cuánto contrastes, cuanta diferencia?. Personas que son de provincia que llevan días durmiendo en el lobby del hospital solo de día pues en las noches cierran las puertas y tienen que ir definitivamente a la calle. Todo por hacerse unos exámenes y lograr quizás un ingreso, y yo sin nada en particular solo porque finjo el acento, me hago de maneras refinada y paso por extranjero por delante de todos, gracias también a un medico de los mas selectos que acepto como paciente quizás pensando en el regalo que le pudieran dar.
Teniéndole que decir a mi madre que no me acompañara pues su imagen no jugaba con mi presunta procedencia. Todo se concentra en la mentira y el culto al extranjero aunque las personas me miran con odio cuando ven sus derecho y me creen uno de ellos.
Uno de mis tantos días de deambular por ese hospital me senté al lado de una señora mayor, de pelo canoso sin arreglar, era demasiado evidente su fatiga y al saberme cubano dejo de contarme sus necesidades y me hablo de sus angustias, de su hija que estaba muy enferma, de que en Camagüey ya no había nada que hacer por ella que le quedaba este hospital y su fama como ultimo recurso, que había venido para ingresar y ya llevaban cinco días en la calle, que habían logrado que le hicieran unos analices que se suponía se lo hicieran estando y ingresada y además su esperanza, de su fe infinita en dios, y que a pesar de todo “éramos una potencia medica”.
También supe de un mutilado de la guerra de Angola que me hablo de su desespero, su dolor era muy visible se retorcía en el asiento y se paraba a cada momento para caminar.
Es realmente sorprendente como los seres humanos tendemos a unirnos ante las penas, como bajamos nuestras impuestas defensas y les contamos a todos los que quieran escuchar nuestras penurias, es una especie de solidaridad humana en la que no se pide nada solo escuchar y quizás de vez en cuando asentar con la cabeza, era un mulato alto , típico oriental , aun se veía joven aunque su rostro marcaba su angustia . me conto de su dolor en la espalda, que había tenido que venir desde Oriente pues no lo habían querido atender allá, que había combatido durante tres años en la mal trecha lucha de Angola, que ya le habían quitado un riñón y que había tenido que caminar treinta y dos kilómetros con un plomo en su columna y que de ahí provenía su dolor permanente, que ahora no le podían hacer un examen pues no estaba ingresado y no lo podían ingresar si no tenia echo el examen ( típico de la burocracia de este país), que iría a ver a quien fuera si su problema no se solucionaba pues su dolor se lo debía a la guerra , a una guerra que hoy día tenia que reconocer que no había sido suya , si no del capricho del barbudo de este país.

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